Iniciamos 2019 con la misma disyuntiva que hasta ahora en este campo, pero con peores perspectivas.
Insisto: no soy un tecnófobo, pero me entristece la aparente falta de visión crítica de algun@s y me enfada la descarada venta de #eHumo por parte de otros.
Mucho hemos hablado en público y en privado sobre el tema; resumiendo las #appsalud están aquí para quedarse y somos los profesionales quienes debemos orientar a los usuarios pero ¿sabemos?.
Es conocido que ya hay #appsalud por encima de nuestras posibilidades porque se trata de un próspero "nicho de negocio" al que cada vez se lanzan más grandes compañías y que seguirá creciendo en línea con la difuminación de los límites entre la asistencia sanitaria y la asistencia domiciliaria que traerá nuevos actores al "mercado" del sector de salud.
LAS TRAZAS DE LA CALIDAD
Es cierto que desde hace mucho organizaciones privadas como la fundación iSYS, incluso publicas como la Agencia de calidad sanitaria de andalucía ofrecen consejos para orientar sobre la calidad de las #appsalud pero muchas veces los criterios en lo que respecta a la seguridad informática se limita a un escueto "acorde a la LOPD y RGPD europeo".
EL RIESGO
Y es aquí donde entra la sorpresa porque en realidad muchas veces ni quien crea la #appsalud sabe todo lo que esta hace con la información del usuario y por ende no le requiere su autorización; el caso más conocido es el recién publicado sobre el SDK (paquete de desarrollo de software) de Facebook que muchas apps usan para permitir el logueo empleando la cuenta del usuario en esta red social.
Pues bien, el SDK de facebook comparte información con los servidores de FB aunque el usuario de la #appsalud no tenga cuenta en esa red social. La usan, por ahora, para posicionar publicidad pero dada, la reciente reforma legislativa que permite su uso para estudios políticos ¿quien se atreve a vaticinar para qué más se puede usar?.
CAJAS OPACAS
Una app cualquiera una vez instalada en un dispositivo puede adquirir diversos datos (de localización, de actividad, de identidad...) directa o indirectamente y puede compartirlos a servidores que nada tienen que ver con la finalidad de la app.
Esto ocurre porque ahora programar una app es relativamente sencillo, algunos kits lo han convertido en una especie de "juego de cajas" que se van colocando... cajas opacas en su funcionamiento al desarrollador.
El tema es bastante más serio de lo que parece pues son pocas las herramientas desarrolladas para poder conocer toda la actividad que una determinada app realiza al estar instalada (usandose o no) en un móvil. Ojalá el INCIBE ponga alguna de esas herramientas a disposición para poder comprobar qué recursos usa una app.
TEMERARIOS
Así que los servicios de salud deberían de tener cuidado antes de insinuar que los usuarios compartamos "los latidos" con la HCE en primer lugar porque no sabemos con quien más se puede estar compartiendo esa información y corremos el riesgo de que a medio plazo nos adviertan que dejemos de usar apps "de bienestar" de terceras partes como ya se hace con las apps de el tiempo (meteo) y en segundo lugar porque aún desconocemos la efectividad de tal intervención dado que aún no tenemos claro qué nivel de evidencia se ha de requerir a una intervención digital en salud para considerarla eficaz, efectiva, eficiente y segura.
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