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JTA Esa cosa de la que usted me habla.


Antes de que llegara "el fin de los días" se convocó el proceso de renovación de la Junta Técnico-Asistencial (JTA) de la GASBI.

La JTA podría ser definida como un signo de lo poco que se han adaptado las estructuras de los centros sanitarios públicos en estos últimos 30 años desde que se crearon (RD 521/1987) algun@s dirán que es un fósil de la época de la sanidad centralizada, pero lo cierto es que sigue vigente presentando la particularidad de ser casi el único órgano de participación con miembros elegidos entre y por los trabajadores.

La elección estaba prevista para el mes de Marzo y con el decreto de estado de alarma se paralizó como no podía ser de otra forma e incluso fuera de mi memoria en la vorágine de trabajo y tristeza de esos meses... hasta que el 19 de Junio recibo un correo notificandome la fecha de votación para el 22 de Junio.

Dado el margen y desconociendo incluso si habría otras candidaturas y quienes serían me decido por llamar a votar usando mensajería directa con este texto explicativo:
¿Qué es la Junta técnico-asistencial?

Es un órgano colegiado dedicado al asesoramiento de la Comisión de Dirección (Que forman gerencia, dirección médica, dirección de enfermería y dirección de gestión), contemplado en el Real Decreto 521/1987 de 15 de abril. 
La JTA es el único órgano dentro de la administración que se escoge democráticamente entre los profesionales de los centros, dentro de cada categoría profesional.

Creo que puedo aportar la visión de los profesionales de los cuidados de “primera línea” con fundamentación científica y orientación a la calidad y la seguridad del paciente.

En un momento especialmente convulso ha de contarse con personas con conocimiento y experiencia trabajando para conseguir los mejores resultados para la sociedad a la que servimos, por eso te pido tu apoyo.

Gracias
Dediqué además unas horas de la tarde del sábado a pasar por las salitas y me encontré con la desgarradora realidad de que una gran mayoría de profesionales no tenían ni siquiera conocimiento de que existiera tal órgano y mucho menos de sus funciones... resultando muy llamativo que quienes lo conocían era porque "cae en las oposiciones".

Es cierto que la "sustancia jurídica" de las funciones de la JTA es más bien escueta, pero sin duda es interesante y siento inquietud por deslizarme por el equilibrio entre ser correa de participación y simultáneamente cumplir las obligaciones de este "órgano colegiado".


He tardado en dar cuenta de ello pues hasta el pasado 24 de julio no recibí la primera convocatoria para reunión de la JTA y lo último que sabía era que estabamos en plazo de posibles reclamaciones.


La indignación del código.

Muchas veces la historia contempla la ruptura de estructuras de relación consolidadas aparentemente inalterables por pequeños hechos.

Que la agencia andaluza del conocimiento (perteneciente a la consejería de economía) saque un listado de áreas de evaluación científico-técnica sobre el que se evalúan los expedientes de I+D+i puede parecer lejano a las necesidades de la profesión en aspectos que la mayoría de las enfermeras dedicadas a práctica clínica considera esenciales.

Pero cuando hablamos de lo que ha pasado durante la pandemia y tratamos de explicarnos cómo pudimos tardar tanto (demasiado) en reaccionar para dar solución a las necesidades de comunicación y compañía de los pacientes afectados de COVID19 nos encontramos conque los mensajes que continuamente se emitian desde la base se perdían en algún punto de las organizaciones.

Cuando tratamos de razonar que los puestos de trabajo de enfermera en ciertas áreas necesitan un nivel de expertise o que para atender de forma eficaz ciertas necesidades clínicas hacen falta profesionales de práctica avanzada esos mensajes tardan décadas en calar en las estructuras de gestión y son mal traducidas en la normativa.

Cuando se quiere volcar a nivel de la organización lo que la evidencia científica muestra sobre la relación entre plantillas y su "skill mix" y los resultados en los usuarios... 

Toda aparente falta de voz, de presencia, de "silla"... parte de un molde cultural traslucido simbólicamente en el uso de expresiones que deberían ser historia como ATS y que normalizan ausencias como la del citado listado que ha levantado una pequeña polvareda (1, 2).

Pese a lo señalado por Julio Fernández en Andorra en 2017 siendo aún presidente de la conferencia de decanos de enfermería sobre la falta de un código UNESCO propio...


y que provoca que el propio ministerio de ciencia no reconozca a la enfermería en su catálogo porque su listado "bebe" directamente del denominado FoS (campos de ciencia y tecnología) que clasifican investigación y desarrollo experimental...

Pero no es cierto que nuestra disciplina no esté en el listado de la UNESCO; lo está, pero en el listado de la Clasificación normalizada de educación (2011) como saben tanto la propia CNDE como la AEC conscientes de que hace falta la inclusión en el FoS para que ANECA y CNAI dejen de servir de justificación a quienes redactan las normas de autonomías y organismos investigación que cierran el paso a la ciencia del cuidar.

Y ¿quien puede llevar la silla a donde eso se decide?. Evidentemente además de la mencionada CNDE los que alardean de legítimos representantes deberían aprovechar sus buenas relaciones en la comunidad andaluza y poner remedio a ello tanto a nivel autonómico como estatal. Ellos que ahora ya se mueven contra el uso inadecuado de la etiqueta mencionada (#AlertaATS). 


Ya lo había dicho pero este es un objetivo estratégico de la enfermería a nivel mundial y si 2020 debería servir para algo más allá de la fotos "visibles" es para esto. Una labor denodada que tiene nombres y apellidos los de aquellas personas que representan a las enfermeras españolas en la campaña Nursing Now y en el CIE.