Seamos sinceros; ya sabemos cómo estamos de presión asistencial y como es el concepto de compañerismo que adquirimos desde la formación pregrado y durante nuestra vida profesional y como de alienantes son las rutinas del día a día...
Por favor; resuelve este sencillo "caso" antes de continuar la lectura de la entrada.
La enfermería frente al robot
La verdad es que llevo con esta entrada en "borrador" más de 5 años; es sin duda un tema que causa cierta desazón y muchos pensamientos encontrados; le di vueltas sin que acabara de encontrar una respuesta clara así que traté de tirar de la "inteligencia colectiva" con una pregunta en abierto...
No me acabó de convencer.En un capítulo de Altered Carbon sale esta escena de un robot instrimentista... ¿Qué reflexiones os inspiran? pic.twitter.com/9aOrC34dq1— X.M. Meijome (@EnferEvidente) 12 de decembro de 2018
La mayoría de los textos realistas no técnicos (económicos o estratégicos) sobre robótica y robótica combianda con inteligencia artificial nos dicen algo así como que
"cualquier labor humana dependiente de un algoritmo de factores finitos puede ser automatizada"Me he negado a creer que algo relacionado con el cuidado profesional pudiera ser robotizado apelando a que "un robot no puede interactuar con las emociones" y por lo tanto dejaría una parte muy importante del cuidado fuera de su alcance.
Un ejemplo sería el robot que realiza extracciones en cuya documentación dice que es "amigable" además de menos doloroso, más seguro, estable y confortable...
¿"amigable" meter el brazo en algo que te lo aprisiona para hacer la extracción? ¿y el miedo? ¿y mis preguntas?
Pero los robots ya no son sólo esos duros ingenios de metal
La Inteligencia artificial hace ya mucho que responde a nuestras llamadas y "escucha" nuestras preguntas y su aprendizaje es constante y en sanidad ya se usa y también en enfermería. Además puede identificar elementos del entorno y proporcionar respuestas sobre ellos por ejemplo contar el número de personas en una sala e incluso identificarlas.
No sólo eso sino que la tecnología ya está preparándose para identificar las emociones sin que se las digamos... pero ¿sabrá dar la respuesta adecuada?¿lo sabemos nosotr@s?
He aquí un punto de inflexión importante porque si los robots pueden alimentar a los pacientes incapacitados o identificar la posición del paciente en cama con lo que podrían realizar los cambios posturales y al tiempo enviarle mensajes tranquilizadores porque han identificado que siente temor o ansiedad... ¿está cuidando?
VISIÓN
Creo que al final deberemos ser pragmáticos y tendremos que remangarnos e incorporarnos a investigar en robótica "para que no sea usada para el mal". Tengo el privilegio de conocer iniciativas que apuntan en el sentido que veo como correcto; describiendo "los axiomas del cuidado" para a partir de ahí poder realizar modelos, algoritmos que una inteligencia artificial puede interpretar.
Ya vemos robots o autómatas que abordan aspectos parciales del cuidado, como dirían los economistas muy intensos en recursos humanos pero con escaso valor añadido de conocimiento... en un entorno como el desarrollado con un alto porcentaje de población envejecida, dependiente, multimorbida y polimedicada y en un entorno económico con una fuerte tendencia a la restricción debido a la injusticia, la rapiña y el desequilibrio energético estos elementos ofrecen alternativas a las formas de cuidado tradicional y se adaptan al medio del usuario ¿acabarán por ejemplo instrumentando? Creo que (como dijo Chema Cepeda) acabarán operando pero como en tantas facetas del desarrollo humano no se tratará de algo universal aplicable generalmente ni mucho menos accesible para todo el mundo.
#Appsalud a lo loco y a gogó
Iniciamos 2019 con la misma disyuntiva que hasta ahora en este campo, pero con peores perspectivas.
Insisto: no soy un tecnófobo, pero me entristece la aparente falta de visión crítica de algun@s y me enfada la descarada venta de #eHumo por parte de otros.
Mucho hemos hablado en público y en privado sobre el tema; resumiendo las #appsalud están aquí para quedarse y somos los profesionales quienes debemos orientar a los usuarios pero ¿sabemos?.
Es conocido que ya hay #appsalud por encima de nuestras posibilidades porque se trata de un próspero "nicho de negocio" al que cada vez se lanzan más grandes compañías y que seguirá creciendo en línea con la difuminación de los límites entre la asistencia sanitaria y la asistencia domiciliaria que traerá nuevos actores al "mercado" del sector de salud.
LAS TRAZAS DE LA CALIDAD
Es cierto que desde hace mucho organizaciones privadas como la fundación iSYS, incluso publicas como la Agencia de calidad sanitaria de andalucía ofrecen consejos para orientar sobre la calidad de las #appsalud pero muchas veces los criterios en lo que respecta a la seguridad informática se limita a un escueto "acorde a la LOPD y RGPD europeo".
EL RIESGO
Y es aquí donde entra la sorpresa porque en realidad muchas veces ni quien crea la #appsalud sabe todo lo que esta hace con la información del usuario y por ende no le requiere su autorización; el caso más conocido es el recién publicado sobre el SDK (paquete de desarrollo de software) de Facebook que muchas apps usan para permitir el logueo empleando la cuenta del usuario en esta red social.
Pues bien, el SDK de facebook comparte información con los servidores de FB aunque el usuario de la #appsalud no tenga cuenta en esa red social. La usan, por ahora, para posicionar publicidad pero dada, la reciente reforma legislativa que permite su uso para estudios políticos ¿quien se atreve a vaticinar para qué más se puede usar?.
CAJAS OPACAS
Una app cualquiera una vez instalada en un dispositivo puede adquirir diversos datos (de localización, de actividad, de identidad...) directa o indirectamente y puede compartirlos a servidores que nada tienen que ver con la finalidad de la app.
Esto ocurre porque ahora programar una app es relativamente sencillo, algunos kits lo han convertido en una especie de "juego de cajas" que se van colocando... cajas opacas en su funcionamiento al desarrollador.
El tema es bastante más serio de lo que parece pues son pocas las herramientas desarrolladas para poder conocer toda la actividad que una determinada app realiza al estar instalada (usandose o no) en un móvil. Ojalá el INCIBE ponga alguna de esas herramientas a disposición para poder comprobar qué recursos usa una app.
TEMERARIOS
Así que los servicios de salud deberían de tener cuidado antes de insinuar que los usuarios compartamos "los latidos" con la HCE en primer lugar porque no sabemos con quien más se puede estar compartiendo esa información y corremos el riesgo de que a medio plazo nos adviertan que dejemos de usar apps "de bienestar" de terceras partes como ya se hace con las apps de el tiempo (meteo) y en segundo lugar porque aún desconocemos la efectividad de tal intervención dado que aún no tenemos claro qué nivel de evidencia se ha de requerir a una intervención digital en salud para considerarla eficaz, efectiva, eficiente y segura.
Insisto: no soy un tecnófobo, pero me entristece la aparente falta de visión crítica de algun@s y me enfada la descarada venta de #eHumo por parte de otros.
Mucho hemos hablado en público y en privado sobre el tema; resumiendo las #appsalud están aquí para quedarse y somos los profesionales quienes debemos orientar a los usuarios pero ¿sabemos?.
Es conocido que ya hay #appsalud por encima de nuestras posibilidades porque se trata de un próspero "nicho de negocio" al que cada vez se lanzan más grandes compañías y que seguirá creciendo en línea con la difuminación de los límites entre la asistencia sanitaria y la asistencia domiciliaria que traerá nuevos actores al "mercado" del sector de salud.
LAS TRAZAS DE LA CALIDAD
Es cierto que desde hace mucho organizaciones privadas como la fundación iSYS, incluso publicas como la Agencia de calidad sanitaria de andalucía ofrecen consejos para orientar sobre la calidad de las #appsalud pero muchas veces los criterios en lo que respecta a la seguridad informática se limita a un escueto "acorde a la LOPD y RGPD europeo".
EL RIESGO
Y es aquí donde entra la sorpresa porque en realidad muchas veces ni quien crea la #appsalud sabe todo lo que esta hace con la información del usuario y por ende no le requiere su autorización; el caso más conocido es el recién publicado sobre el SDK (paquete de desarrollo de software) de Facebook que muchas apps usan para permitir el logueo empleando la cuenta del usuario en esta red social.
Pues bien, el SDK de facebook comparte información con los servidores de FB aunque el usuario de la #appsalud no tenga cuenta en esa red social. La usan, por ahora, para posicionar publicidad pero dada, la reciente reforma legislativa que permite su uso para estudios políticos ¿quien se atreve a vaticinar para qué más se puede usar?.
CAJAS OPACAS
Una app cualquiera una vez instalada en un dispositivo puede adquirir diversos datos (de localización, de actividad, de identidad...) directa o indirectamente y puede compartirlos a servidores que nada tienen que ver con la finalidad de la app.
Esto ocurre porque ahora programar una app es relativamente sencillo, algunos kits lo han convertido en una especie de "juego de cajas" que se van colocando... cajas opacas en su funcionamiento al desarrollador.
El tema es bastante más serio de lo que parece pues son pocas las herramientas desarrolladas para poder conocer toda la actividad que una determinada app realiza al estar instalada (usandose o no) en un móvil. Ojalá el INCIBE ponga alguna de esas herramientas a disposición para poder comprobar qué recursos usa una app.
TEMERARIOS
Así que los servicios de salud deberían de tener cuidado antes de insinuar que los usuarios compartamos "los latidos" con la HCE en primer lugar porque no sabemos con quien más se puede estar compartiendo esa información y corremos el riesgo de que a medio plazo nos adviertan que dejemos de usar apps "de bienestar" de terceras partes como ya se hace con las apps de el tiempo (meteo) y en segundo lugar porque aún desconocemos la efectividad de tal intervención dado que aún no tenemos claro qué nivel de evidencia se ha de requerir a una intervención digital en salud para considerarla eficaz, efectiva, eficiente y segura.
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