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Quitarle la cera al oido de la administración

Se supone que por ley las diferentes CCAA han de tener órganos que se encarguen de esas funciones fuera de lo que es la representación política en los parlamentos y sus comisiones de control; es por ello que no deja de llamarme la atención que el pasado 3 de Julio se produjera la que, según las actas disponibles (ver captura), es la tercera reunión del "Consejo castellano y leonés de salud" cuando el decreto que crea los órganos de participación en Castilla y León es de 2003... claro que si su reglamento se demoró hasta 2013... pues eso.

Quizás sería positivo que en vez de haber esperado a tener a la personas en la calle reclamando sus derechos se tuviera esos mecanismos funcionando pero eso no sólo parece no interesarle a quienes han de administrar la cosa sanitaria sino que a los mismos que enarbolan pancartas tampoco parece interesarles normalizar los canales de las justas reivindicaciones será algo que habrá que explicar con el tiempo y "los ciclos".


Ahora queda esperar que se pongan en marcha también los consejos de salud de área y de zona y que su constitución se realice de forma transparente y democrática dando a la sociedad civil la oportunidad de participar en la salvaguarda de sus derechos y de la propia sanidad pública.

Y en tu CCAA ¿te consta que los mecanismos de participación previstos en la ley cuando menos estén constituidos?

Tal vez com profesionales y como individuos en la sociedad nos corresponda el papel de ir más allá del diagnóstico "Sordera de la administración ante las inquietudes de las personas respecto a la sanidad pública" y marcar el objetivo "Intaurar canales eficaces de escucha a las personas" con la intervención "Quitarle la cera de los oídos".


Captura de pantalla de las actas en la web a 22 de julio de 2018.

Bolsas y otros plásticos: Sostenibilidad ambiental en sanidad

Con el tiempo uno aprecia como la máxima del poder ejecutivo es regular los asuntos de interés para la sociedad de la forma más retorcida posible pero hacerlo sin perder posibles votantes; ello lleva a legislaciones y normas absurdas si se tiene en cuenta el objetivo que se expone en su preámbulo y abre la puerta a una nueva norma a publicar al cabo de un tiempo. El ejemplo perfecto de burocracia autojustificada.

Lo pudimos ver con la legislación frente al tabaco en espacios públicos y aquella absurda norma  previa a la actual que pese a sus flaquezas ya ha conseguido impactos significativos en los indicadores de salud pública.

Lo volvemos a tener en la actualidad con la legislación sobre reducción de bolsas de plástico. Lo que nos llega como consumidores es un insulto comparado con los fines propuestos (reducir el daño que los plásticos generan en el medio ambiente) y viene impulsado (bueno, impuesto) por una legislación superior (la directiva europea 2015/720) que se adopta "sobre la campana" y a regañadientes.

Os preguntareis porqué escribo sobre esto aquí si el RD 293/2018 sólo se ocupa de las "bolsas de plástico proporcionadas a los consumidores en los puntos de venta de bienes o productos, lo que incluye la venta online y la entrega a domicilio". Pues por lo que digo en la introducción: Es una legislación parca, inútil para el fin con el que se realiza.

Os he propuesto en twitter un juego tipo "1, 2, 3 responda otra vez..." sobre dónde usas bolsas de plástico en tu trabajo como profesional sanitario.

Lo hacía para hacer salir a flote el enorme iceberg de bolsas de plástico y residuos de dicho material que nos rodean y vaya si han salido:
















Y también en Facebook



Sé que aún me quedará alguna aportación en el tintero... a tod@s muchas gracias.

Creo que sólo en muy contados puntos (por ejemplo dispensación directa en farmacia hospitalaria o entrega de material sanitario especifico) se podría considerar que están incluidos en lo regulado por el RD 293/2018.

Residuos de una única intervención quirúrgica
Como se puede ver en el ejemplo gráfico la cantidad de envoltorios de todo tipo de materiales que se emplea en mi ámbito no es desdeñable; imaginad la cantidad de bolsas que se usan a diario para procesar todos los restos generados y os puedo asegurar que el procesado en general de los residuos de un hospital conlleva un importante esfuerzo organizativo y económico tan sólo para tratar de cumplir lo legislado.

La incorporación de las 3 R a la sanidad pública es un objetivo difícil pero no imposible aunque la barrera más importante es la falta de capacidad de las personas para hacer el balance riesgo/beneficio y costes/beneficio en referencia al proceso global y no sólo a su pequeña parcela de ocupación o de "poder".

Relatamos en su día (hace 11 años) como veíamos esa incorporación y nos implicamos en el mantenimiento de la certificación de calidad ambiental del hospital cuando nos tocó estar en esa brega pero quizás hay que ser más proactivo, quizás hay que dar más la turra en las salitas y los despachos, quizás cuando nos hablen de innovar debamos poner ahí ideas con esta consideración global... hay mucho por hacer pero somos jóvenes y tenemos toda la vida por delante para dejar un mejor mundo a los que vienen detrás.

Aunque en este blog ya hemos tratado temas ambientales aún no teníamos una etiqueta para recopilarlos hoy la estrenamos "Sanidade sostible" trataré de incorporarle las entradas antiguas y abrir una línea argumental al respecto.

¿Tatuaje o calcomanía?

La experiencia que tantas veces nos engaña y nos arrastra a la zona de confort resulta ser útil si has dedicado tiempo a observar con atención.



A lo largo de los últimos 40 años hemos podido ver cómo lo "verde" lo "eco" lo "bio" lo "orgánico" lo "slow" lo... en fin; hemos podido ver como planteamientos que parten de principios que podríamos compartir u apoyar han acabado "comprados" por el sistema...

Y es que las sociedades humanas se caracterizan por explotar hasta la extenuación cualquier movimiento o producto que parezca de interés (le llaman "oportunidad") y en seguida al rebufo de planteamientos perfectamente válidos y lógicos aparecen oportunistas, chamanes y vendedores de crecepelo de todo tipo.

No sé qué piensan otras personas pero yo no he visto atención sanitaria prestada por profesionales no humanos por mucho que existiera un empeño particular en que dichos humanos parecieran actuar ajenos a las emociones propias, o peor aún, a las de las de las personas implicadas en su atención.

El gran problema de un sistema sanitario público es que ha de ser equitativo y que por muy bien y mucho que se recaude los fondos nunca serán suficientes para cubrir TODAS las necesidades y los profesionales tanto clínicos como gestores hemos de saber priorizar a qué se dedican los recursos disponibles.

El tiempo es de todos el recurso más difícil de gestionar para los profesionales sanitarios pues lo han de dividir entre la asistencia clínica en si con sus fases de historia/exploración/etc, la necesaria interacción con otros profesionales, la interacción con los usuarios y sus allegados, la interacción con gestores y otros agentes, la necesaria actualización de conocimientos, la investigación... si sólo leer a qué debe dedicar su tiempo un profesional produce cierta congoja no es de extrañar que el día a día sea percibido como agotador.

Pero eso no quita la obligación de actuar como personas a la hora de interactuar con otras personas y a tener en cuenta en esas interacciones el valor de las emociones propias y ajenas... si se ha aprendido a identificarlas y lidiar con ellas.

Tal vez en eso falle la formación no sólo la formación continua, la formación post-grado y la formación de grado... incluso puede que falle la formación básica, la primaria porque la identificación de las emociones propias y ajenas debería ser algo que lleváramos tatuado, algo inherente a nuestra interacción con otros y no algo que se incorpore como fruto de una moda como las calcomanías que venían con los chicles.

La gran cuestión es cuan prioritario es para el sistema esa atención a las emociones y en ello se ha de poner en la balanza tanto los beneficios (entiendanse no únicamente económicos) como los posibles riesgos de cualquier cambio en el complicado castillo de naipes que es el complejo sistema sanitario.

Abundan los ejemplos de medidas que parecen contar con efectividad, digamos, emocional (digo parecen porque una cosa es correlación y otra causalidad) pero que ignoran sistemáticamente posibles  riesgos de su implantación exactamente igual que muchos ensayos con fármacos o intervenciones hacen.

En todo caso como bien plantea @jaume_riu a veces hay un tufillo que no pronostica nada bueno.

Escuchar es más que oír y dejar hablar

Creo que en mis manifestaciones públicas abundan las referencias a que el sistema sanitario y en especial los hospitales (y más los públicos) están organizados desde el punto de vista de los profesionales, en especial los médicos, y con poca adaptación a las personas a las que servimos.


Ayer @Emisalm planteó este interesante tema:
El artículo de prensa habla de una iniciativa para que los profesionales se pusieran en el lugar de los pacientes llevando la ropa que se les "obliga" a ponerse en los hospitales; una forma algo extrema de escuchar a los usuarios.

No se puede negar lo que se sabe sobre que el uso del pijama o camisón desporteje al paciente y lo sitúa en una categoría de dependiente (lo que el artículo llama síndrome del desacondicionamiento) pero tampoco se puede ignorar que este tipo de medida ni resuelve por si sólo ese problema de los pacientes hospitalizados ni se puede aplicar universalmente pues hay condicionantes como los equipos y dispositivos que ha de portar el paciente, su situación clínica o los riesgos inherentes a la posible presencia de gérmenes multiresistentes que desaconsejan el uso de cierto tipo de vestimenta o su procesado "casero".

Tampoco se puede reorganizar la atención "sobre la marcha" (de eso saben un rato los amigos de la Comisión Gestora) por eso repetí machaconamente en twitter que ha de hacerse de forma integrada en una estrategia que nazca de la escucha abierta y activa y de la participación de los profesionales empleando las herramientas que tan bien usan en otros sectores y adaptándolas al nuestro.

Precipitarse al tomar ciertas medidas dejándose llevar por lo vistosas o bien recibidas que parece que van a ser sin tener articulada una orientación para usuarios y profesionales en la que consten las alternativas que se pueden ofrecer en cada caso es arriesgarse a un batacazo lleno de reclamaciones y sensación de desamparo de los trabajadores.

En la tuitversación mencioné que el tema no puede analizarse sólo en permitir o no el uso de la indumentaria particular por las personas ingresadas que no tuvieran contraindicación; de las variables implicadas mencioné el tema de la custodia algo que quienes trabajan en los servicios de urgencias conocen bien y que genera "dolores patrimoniales" no poco numerosos y gravosos.

Además dado que los servicios de lavandería en cada centro están organizados de forma diferente y que los concursos de dichos servicios son competencia local es difícilmente generalizable una medida en el sentido de lavar la ropa particular de los usuarios ingresados que pudieran y optaran por usarla; como alternativa dije la de establecer un cuarto de lavadoras (hay multitud de franquicias que lo ofrecen) pero tampoco es una solución mágica.

Lo que me parece positivo es que el tema se plantee y que se hable del mismo además de una forma bastante creativa como por ejemplo pidiendo fotos de tod@s vestidos como nos gustaría estar si estuviéramos ingresados... pues yo como estuve; con mi pijama y también fui andando al lado de la cama hasta el quirófano. ;)

Ah, y como no decir que a mi todo esto me trajo a la mente aquella iniciativa PACA (Plataforma anti camisón abierto) que gráficamente simbolizó @mlalanda.




Para centrar al sistema en el usuario primero centremos la comunicación

El lenguaje y las palabras que lo componen son herramientas imperfectas para la comunicación pues dependen de elementos coyunturales de los dos extremos de la línea y de l@s intermediarios si los hubiera.

Esos elementos coyunturales son tan variados y variables que en muchos entornos los damos por amortizados, los ignoramos porque asumirlos es ponernos ante una montaña de opciones que dan pavor.

Tras 20 años en el mismo entorno quirúrgico un hecho que no deja de llamar mi atención es que un buen porcentaje de las suspensiones de intervenciones quirúrgicas evitables se deban a que el paciente no deja de tomar un tratamiento "X" pese a que en la documentación clínica consta que se le ha informado de ello.

Con esos mimbres no son pocos los profesionales que cuestionan abiertamente que la atención centrada en el usuario y los procesos de decisión compartida sean una buena idea desde el punto de vista de la efectividad y seguridad por lo menos no para todos los pacientes en todas las circunstancias.

A principios de año se publicó en PLOS one un interesante estudio sobre el tema "Factors associated with patient recall of key information in ambulatory specialty care visits: Results of an innovative methodology"(1) en el que se exploró la capacidad de los pacientes de recordar los conceptos clave tras una consulta realizando una entrevista una semana después la consulta con el profesional se codificó usando herramientas validadas que permitían identificar los elementos tratados para luego buscar cuales de ellos eran recordados de forma espontánea  cuales tras ser preguntados sobre los mismos y cuales no eran recordados de ningún modo así como si dicho recuerdo era o no correcto.

El estudio muestra que lo que los pacientes recuerdan podría mejorarse si los profesionales utilizáramos más técnicas para fomentar su participación, como el interrogatorio abierto o técnicas "teach back" pero que estas se usan poco; también se encontró que el nivel de educación resulta significativo a la hora de analizar la capacidad de los pacientes para recordar los conceptos tratados en la consulta y hacerlo correctamente.

Por último no quiero dejar de señalar lo que muestra la infografía que ilustra esta entrada y es que el tipo de expresiones empleados para expresar la probabilidad de éxito (o de riesgo) puede conducir a confusión en los usuarios tanto o más que si usamos porcentajes para transmitir ese tipo de información.

Solemos decir que las enfermeras nos comunicamos mejor con los pacientes, que les "entendemos" más... ¿soportaría nuestra comunicación un análisis de este tipo? Si queremos asumir la responsabilidad que por formación ya nos corresponde tanto de forma independiente como dentro de un equipo multidisciplinar debemos mejorar nuestra capacidad no sólo para transmitir información sino para asegurarnos de que esta es comprendida por los usuarios.

Bibliografía:

1) Laws MB, Lee Y, Taubin T, Rogers WH, Wilson IB (2018) Factors associated with patient recall of key information in ambulatory specialty care visits: Results of an innovative methodology. PLoS ONE 13(2): e0191940. https://doi.org/ 10.1371/journal.pone.0191940