ENFERMERÍA Y MEDIOAMBIENTE
Nieves Feliz Cruz y Xosé Manuel Meijome Sánchez. DUEs Hospital “El Bierzo”.
Anteriormente a la aparición de la “ciencia del cuidar” como disciplina documentada y desde su origen como tal hace más de 200 años, la enfermería conoce implícitamente el alto valor de un medioambiente óptimo para la obtención y el mantenimiento de la salud; tal y como estableció Florence Nightingale (1990: Pág.): “ Ningún conocimiento médico disminuirá la responsabilidad de las enfermeras de hacer lo que hacen, esto es, modificar el medio para promover procesos de vida positivos”1 Tenemos pues como profesión la responsabilidad ética y deontológica de contribuir activamente a la protección del medioambiente como forma de lograr unos mejores estados de salud para toda la población.
La enfermería a nivel mundial lidera esta responsabilidad como demuestran los posicionamientos del CIE2,3 , y de otras asociaciones con gran influencia como la AORN4 (Asociación de Enfermería Quirúrgica de EEUU). En nuestros entornos se percibe una carencia de cultura medioambiental desde los órganos de máxima responsabilidad tanto a nivel asistencial como profesional. Ciertas carencias “desde arriba” (consejo general y autonómicos, colegios, gobiernos, direcciones, juntas de personal y representantes de los trabajadores) no hacen mas que legitimar las loables iniciativas individuales que, a cientos, se observan en los centros y servicios sanitarios en este aspecto y no restan nada a nuestra responsabilidad personal como ciudadanos y como profesionales a este respecto
Siendo, como es, la enfermería el grupo profesional más numeroso de los servicios de salud y teniendo la responsabilidad de asegurar los cuidados de forma continua e interrumpida, no cabe duda que es el grupo que más impulso puede dar a la puesta en marcha de sistemas de responsabilidad medioambiental.
Actualmente la conciencia medioambiental forma parte de las líneas de gestión más avanzadas y ha sido incluida entre los ítems a valorar dentro de los modelos de gestión y evaluación de la calidad más aplicados como el EFQM5 . La concreción de estas líneas de gestión medioambiental responsable dentro de las políticas y directrices de los servicios de salud, puede y debe ser uno de los ejes transversales en los que se apoye la reivindicada participación de la enfermería en la gestión estratégica.
Cabe sorprenderse cuando centros y servicios sanitarios situados dentro de ayuntamientos que suscriben ambiciosos programas de gestión medioambiental como el EMAS6 no poseen en sus planes de gestión referencias sobre consideraciones medioambientales en general ni sea palpable la presencia de una línea transversal de preocupación medioambiental en los diferentes capítulos de los planes de gestión. Sin mencionar la ausencia de una declaración ambiental o, cuando menos, de una política medioambiental enunciada ni su inclusión en las memorias de los centros sanitarios.
Si en la alta planificación cercana parece ausente la preocupación medioambiental difícilmente se va a concretar en planes o disposiciones específicas por ejemplo en lo referente a la mejora de la recogida selectiva de residuos y no sólo en los planes, que al fin y al cabo son palabras, sino en las áreas de trabajo de los propios centros donde brillan por su ausencia o por su escasez y mala colocación los más mínimos mecanismos de recogida selectiva de casi cualquier tipo de residuo con la salvedad de la cantidad de iniciativas solitarias de recogida de residuos puntuales, como por ejemplo pilas, que se realizan contra el viento de la indiferencia general y la marea de la falta de apoyo formal.
Dada la actividad desarrollada en los centros sanitarios, su principal impacto ambiental se debe a la generación de residuos sanitarios aunque todo estudio sobre el comportamiento ambiental y su correspondiente declaración deba englobar también el análisis y actuación sobre los consumos procurando su adaptación a las exigencias de la responsabilidad medioambiental7 .
El principio de “las 3 R”, esto es, la Reducción, Reutilización y Reciclado de los residuos es desde siempre uno de los básicos de la conciencia medioambiental en el que se halla muy implicada la correcta clasificación de los residuos y el correcto manejo que de ellos se realice desde el momento de su generación. A lo largo de nuestras carreras profesionales tod@s observamos y sabemos la infinidad de gestos que mecánicamente realizamos, si los analizamos detenidamente podremos concluir que durante gran parte de nuestra jornada laboral realizamos una continua clasificación y gestión de residuos, clasificación que adaptamos a los dispositivos de recogida de los mismos disponibles en el área donde actuamos y a la información y formación que al respecto recibamos. El ejemplo más evidente lo constituye la clasificación de los residuos biopeligrosos, punzantes y cortantes en los correspondientes envases de seguridad y su correcto procesamiento siguiendo la cadena que la gestión de los residuos peligrosos marca; todo ello en pro no sólo del cumplimiento de las normativas al respecto sino, también de la propia seguridad y de la de quien con nosotros trabaja.
Así es que una persona informada y con una disposición organizada de medios a su alrededor puede contribuir reorientando sus gestos a una disminución de los residuos generados o a una redistribución de los mismos entre las diferentes clases de residuos disminuyendo aquellos cuyo procesado externo sea más insostenible (incineración).La reutilización es una oportunidad continua de ahorro oculta, que únicamente se puede llevar a cabo si se garantiza la transmisión de información sobre los residuos que se generan y las necesidades de material por parte de todos los actores de la atención sanitaria, hilando las sugerencias aparentemente inútiles con las necesidades no expresadas pero conocidas. La contribución al reciclado dependerá en gran medida de la correcta implantación y seguimiento de los sistemas de recogida selectiva y de la incorporación de los criterios de sostenibilidad ambiental en las decisiones de compra este por su capacidad de disminuir y reorientar los residuos que los productos implican en cuanto a volumen y tipo, aquel por ser la forma de captación necesaria y sin la cual no tendría sentido un esfuerzo en este aspecto.
Así pues siendo precisa la incorporación de los principios de “las 3 R” en la organización y gestión de los centro sanitarios todo ello no tendría posibilidad de éxito sin que el grupo profesional más numeroso y con mayor intensidad en la manipulación de los productos en el momento de generarse los diferentes tipos de residuos pusiera en esa rutina diaria de los gestos el alto valor de su conocimiento y su profunda concepción de la ciencia del cuidar más allá de los conocimientos técnicos y de los aspectos concretos de cada caso.
¿Debemos los profesionales de la sanidad aguardar a que las empresas inicien los correspondientes procesos de información, organización y puesta en marcha de líneas de sensibilización medioambiental en las políticas de sus centros?, ¿deben ser sus representantes los que llamen la atención sobre este aspecto y lo reivindiquen en los foros y mesas de dialogo social?, ¿porqué no dar un paso adelante e iniciar los propios trabajadores un movimiento hacia arriba en este aspecto dando un aire organizado a todas esas iniciativas aisladas e individuales?.
El asociacionismo como creación de un grupo de personas con similares intereses no es un invento nuevo ni extravagante, su concreción depende en gran medida de los propios asociados, de su capacidad de trabajo. Una organización lo suficientemente flexible puede facilitar el reparto de los esfuerzos y responsabilidades permitiendo el relevo constante de los “activistas” y colaboradores de la iniciativa; si a esto se añaden las posibilidades de las “redes sociales” merced a las tecnologías de la información permitirían, incluso, el apoyo entre diversos clubes / asociaciones de distintos centro entre sí creando un entramado que posibilitaría el intercambio de pareceres y soluciones a los distintos problemas, una interlocución más efectiva con las distintas fuentes de apoyo y con la propia administración que pronto vería las sinergias de un modelo de gestión medioambiental / sostenibilidad apoyado desde dentro.
Todo ello nos lleva a proponer la formación de un club o asociación interna en las áreas, centros o servicios que focalice su actividad en:
• Recoger información sobre qué residuos se generan en las áreas de trabajo.
• Estudio y análisis de los procesos y modos de trabajo en busca de la mejora en la recogida de los distintos residuos.
• Estudiar la normativa aplicable a cada tipo de residuo sobre su procesado y almacenaje
• Realización de propuestas muy concretas y específicas sobre las oportunidades de actuación.
• El contagio de la información y la captación de la retroalimentación al respecto.
• El pilotaje y apoyo a la puesta en marcha de los nuevos sistemas de clasificación y recogida resolviendo las dudas de los compañeros al respecto.
La organización de estas ‘células de responsabilidad sostenible’, su generación y puesta en marcha es la oportunidad de concretar y conectar con los principios filosóficos y éticos de nuestra profesión si aspiramos de verdad a cuidar mejor en un mundo mejor.
1 Nightingale F. Notes on nursing. Philadelphia: Lippincott; 1992.
2 ICN Health care waste: role of nurses and nursing. [e-book] 3rd ed. Geneva: International Council of nurses.; 2010. Disponible en: http://www.icn.ch/images/stories/documents/publications/position_statements/E07_Medical_Waste.pdf.
3 ICN Reducing environmental and lifestyle related health risks. [e-book] 3rd ed. Geneva: International Council of nurses.; 2011. Disponible en: http://www.icn.ch/images/stories/documents/publications/position_statements/E11_Reducing_Environmental_Health_Risks.pdf
4 AORN Environmental Responsibility. [e-book] 4th ed. Washington: Association of periOperative Registered Nurses AORN.; 2013. Disponible en: http://www.aorn.org/WorkArea/DownloadAsset.aspx?id=21920.
5 Visionceg.com. Especial Modelo EFQM 2013. [Online] Disponible en: http://www.visionceg.com/index.php/modelo-efqm-2013 [Consultado 30 Dic 2013].
6 Concejalía de Medioambiente del Ayuntamiento de Ponferrada, “¿Qué es EMAS?, Implantación de un sistema de gestión medioambiental” ponferradasostenible.org. [Online] Disponible en: http://ponferradasostenible.org/?q=content/emas [Consultado 30 Dic 2013].
7 Hospital Clínico San Carlos Declaración Medioambiental enero – diciembre 2008. [e-book] Madrid: Hospital Clínico San Carlos.; 2009 pág 48. Disponible en: http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldata&blobheader=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-Disposition&blobheadervalue1=filename%3DDM08.pdf&blobkey=id&blobtable=MungoBlobs&blobwhere=1266140654798&ssbinary=true.
Pocas emfermer@s en los grupos medioambientales, al menos, en los hospitales. Las que existen, hasta donde yo se, se dedican a reciclar pilas. Así nos va. De todas formas es un pilar básico en cuestiones medioambientales...si queremos.
ResponderEliminarGracias +Javier Manuel Yagüe por comentar y +Enrique Castro por "refrescarme" la entrada con su referencia en twitter al artículo "Por una enfermería responsable ambientalmente" aunque sea de pago.
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