Na renovación tecnolóxica da web de
diario médico incluiron, recentemente, unha sección de blogs; no adicado a saude pública que escribe Alain Ochoa lin este post:
Nada es gratuito
28/11/2005 11:32
Afortunadamente parece que lo peor ha pasado y, cuando vaticiné que la histeria duraría un mes, me quedé relativamente cerca del resultado final. Otro día les cuento el porqué...
Pero el desastre comunicativo (tanto por parte de las fuentes como de los medios) no está exento de secuelas. La próxima vez que se compadezcan de la presión asistencial que sufre el sistema, recuerden este teletipo que acaba de llegar:
Los centros de salud de toda España han registrado un aumento de visitas, en el marco de la campaña de vacunación de gripe común, a raíz de toda la información aportada desde instituciones y medios de comunicación sobre la gripe aviar. Así, los facultativos consideran que se ha creado un "miedo irracional", que ha dejado "indefensos" a diversos colectivos.
En una entrevista a Europa Press, el vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Asensio López, destacó que desde que comenzó la campaña de vacunación de la gripe común, "muchas personas" se acercaron "con inquietud" para preguntar qué podían hacer contra la cepa aviar del virus.
Por fortuna, hoy sólo ABC sigue dedicándole una página al H5N1, aunque lamentablemente desde la peor perspectiva posible, la de la polémica política a cuenta de si comprar o no una vacuna experimental. Pero parece que realmente el ruido general se está desvaneciendo: basta mirar la tele para volver a ver lo de siempre. En este caso concreto, y paradójicamente, es buena señal...
Ó que lle fixen este comentario:
Asimetria otra vez.
Es evidentemente existen varios factores que impiden que la información sobre temas de salud pública se ajuste de un modo racional para que cada alerta sea tomada en su justa medida sin falsas seguridades ni pánicos.
Desde mi punto de vista esto tiene que ver con la asimetria de conocimientos que existe no solo en la relación "personal sanitario-paciente" sino tambien en la relación "fuente de información sobre salud-difusor de información". También son evidentes intereses comerciales (luchas de audiencias) y politicos (causar sensación de control o de caos) en la difusión de noticias o en su reiteración.
La pregunta para mi es: Si el personal sanitário es responsable civil y penal de ciertas informaciones (y de su omisión) ¿no lo son tambien los medio de comunicación?.
02/12/2005 17:54
Xosé Manuel
E, para a miña sorpersa, o tema callou...
Nuestra responsabilidad
02/12/2005 18:54
No me resisto, porque no tengo motivo, a aplaudir al lector que ha hecho referencia, en un comentario, a la responsabilidad de los periodistas. ¿Deberían tener responsabilidad civil e incluso penal? La tienen, he de aclarar. El caso más evidente es la posibilidad de denunciar a un medio en caso de injurias o calumnias.
Pero hay también un control más informal. Un periodista certifica la fiabilidad de cada información que transmite con su firma. Al menos, certifica que su trabajo ha sido realizado de forma honesta dentro de los límites exigibles, aunque a veces logren engañarle las fuentes o embaucarle sin que el error final sea atribuible a una mala praxis periodística. Si un periodista, en cambio, peca de inético, inventa los datos que le faltan o "se la juega" con informaciones sin confirmar, está apostando nada menos que la credibilidad de su nombre, que en este negocio viene a ser lo que le da de comer a uno. No será una vía legal de responsabilidad pero, en un trabajo cuyos resultados son tan públicos, tiene su efecto.
Ahora bien, ¿debería llegar esa responsabilidad a la transmisión de informaciones de salud pública? Sí. Es mi opinión, claro. Pero sí, los medios tienen el gran poder de hacer eso que se llama "crear opinión" y son capaces de modificar en parte la agenda de prioridades de la sociedad, los temas de los que se habla. A veces para bien: véase el ejemplo de la violencia doméstica y de cómo una cobertura exhaustiva del problema en los últimos años ha contribuido a la sensibilización de la sociedad y de los políticos.
A veces, claro, esa influencia se utiliza para minimizar cosas importantes o magnificar otras que son triviales. Y todos sabemos, lo digamos en voz alta o no, que a veces es porque se hace política donde debiera hacerse información.
La cuestión es que si nos ponemos a meter multas o penas de cárcel por ese tipo de comportamientos, necesitamos algo o alguien que pueda fijar, con un cien por cien de objetividad, qué es importante y qué no. ¿Cuántas páginas puede ocupar el Barça-Madrid sin considerarlo una exageración en un mundo en el que mueren niños de hambre a cada segundo? ¿Qué juez decidiría qué le parece trivial y, por tanto, no merece un titular? Nuestro trabajo, nos guste o no, depende mucho de la honestidad personal de cada una de las personas que lo desempeña. Y usted, cada vez que lee una crónica, se está fiando de quien la firma. Usted no estaba allí. Se fía de quien sí estaba y le cuenta lo que pasó.
Como en todos los gremios, hay gente de fiar. Y, no se engañe nadie, hay gente que no. Pero no creo que la cobertura de la gripe aviar, en su exageración, haya sido obra de un oscuro complot de periodistas deshonestos. Hay un tercer grupo, entre los ángeles y los demonios, más numeroso de lo que padría parecer: el de los tipos honestos que tienen fiebre, insomnio, problemas personales o simplemente un mal día y de pronto meten la pata.
Lo que falla ahí no es que tengan o no el mismo grado de conocimientos que sus fuentes, como apunta el lector. Eso es inviable: un periodista no puede estudiar medicina y trabajar unos años para luego escribir sobre medicina. ¿Qué habría de hacer entonces, escribir únicamente sobre su especialidad, ya que no conocería completamente las otras? Los periodistas sanitarios deberían estar mejor formados, es cierto, pero siempre habrá una gran brecha de conocimiento científico entre ellos y los facultativos de verdad. Además, el tipo de meteduras de pata a las que me refiero ocurren en todos los malos días y no creo que sean fácilmente erradicables...
En mi opinión, lo que de verdad ha fallado es la capacidad de autocrítica de la profesión para evitar que un primer estallido del tema genere un efecto "bola de nieve" según el cual todos, de repente, necesitaban hablar de gripe del pollo. ¿Por qué? Porque tal o cual medio le estaba otorgando mucha relevancia esos días y uno no iba a ser menos, no fuera a ser que por tener criterio propio se equivocase.
Tampoco creo que toda la culpa de lo que aparece en los medios sea culpa de ellos. Admitan que no todos los expertos internacionales han contribuido a tranquilizar ni a la población ni a los periodistas... Pero, como ya he dicho en otra ocasión, creo que la crisis nos ha enseñado al menos que podemos hacerlo mejor. Me quedo con eso. Y con la esperanza de que se note en nuestro enfoque de la próxima crisis.
Mais, o desexo/esperanza expresado non ten mais eco que as nosas voces solitarías. O pasado domingo mentres facía tempo para a miña
'cita' semanal co deporte popular lin un periódico e quedei arrepiado... A "guerra que virá" xa está no aire ainda que se leve combatindo dende hai anos; refírome á famosa entrada en vigor da prohibición de fumar en espazos públicos e locais. No meu centro partimos do erro de base de dicir:
"Pues a ver que pasa el día 1" e digo erro de base porque nos centros sanitários
XA ESTÁ PROHIBIDO FUMAR DENDE HAI 7 ANOS co famoso "decreto Romay".
Os artigos en cuestión veñen a nos
informar de unha 'patraña' moi extendida... Que
ó estado sáelle rendible o consumo de tabaco pois recauda mais que gasta por este concepto. I é que, como ben nos ensinaron na Fundación Hospital Verín, a estatística é o arte da manipulación dos datos. ¿Que non se pode ter mais de seis meses de espera en consulta?; Non hai problema. Non se crea a axenda; a xente non se pode apuntar e non existe a espera... Con esto o mesmo; ¿que quero dicir que os impostos sobor das labores de tabaco non se deben subir como instrumento de saude pública?; pois saco unha comparación entre recadado en total e gastado só en relación directa sen contar co aumento de riscos en xeral para toda a poboación nin cos efectos sobor dos non fumadores nen...vamos, a 'configuro' para que dé o que me interesa e punto. Chégase a dicir que
"El tabaco merma una media de cuatro años la esperanza de vida de las personas, lo que hace que los fumadores ahorren al sistema nacional de salud los servicios sanitarios que no recibirán y las jubilaciones que dejarán de percibir, al haber fallecido."
Fáltalle eiquí unha referencia a Göebels que será santo da súa devoción, digo eu.
O outro artigo (que ven sendo 'a nai do cordeiro') tenta explicar
porqué hai que incluir os tratamentos de deshabituación tabáquica no SNS. A min seméllame escrito por "Farmaindustria" en coalición con Altadis, que como ve que non vai poder vender tabaco mais tempo se quere apuntar a sacar á xente de onde a meteu.