Que la sanidad pública es un campo de batalla de la confrontación política es de sobra conocido (es "reconocido") y desde el ámbito de la gestión está señalado como uno de sus elementos negativos (salvo por quienes son elegidos "digitalmente"). Este problema tiene su más clara expresión en el ámbito de las comunidades autónomas pues son estas las "proveedoras" principales de la asistencia sanitaria y las encargadas constitucionalmente de su administración.
En nuestra comunidad el resultado electoral sacudió el tablero político y las legítimas negociaciones entre partidos han derivado en un gobierno de coalición que debería significar algo más que cambios en los nombres "de" los departamentos y de sus responsables en la consejería de sanidad y la gerencia regional de salud.
Sé que puede resultar extraño pero creo que los "representantes" de la profesión en Castilla y León actuaron con cierta lógica al plantear ANTES de la campaña un diagnóstico conjunto de la situación, los desafíos y unos puntos comunes que reivindicar dentro de una estrategia o plan.
Lo que no extrañará será que diga que como siempre la "jornada de reflexión “Análisis de situación y retos de futuro de la Enfermería en Castilla y León” se organizó sigilosamente; si bien me consta la invitación a las direcciones de enfermería de las gerencias de Castilla y León y a sindicatos se invitó, además, a las sociedades científicas pero, por lo menos a estas, más como meros expectadores que como participantes en el análisis y sus conclusiones. Para el resto de los profesionales de la comunidad no hubo difusión del evento y mucho menos posibilidad de participación de ninguna clase.
De hecho las conclusiones se difundieron como notas de prensa una como "8 retos de futuro" y otra como "10 propuestas para mejorar el sistema" mientras que a las "enfermeras base" se nos comunicó vía la revista de nuestro COE que contiene 8 puntos de propuestas de futuro:
No voy a entrar en un "juego de diferencias" entre los tres relatos sobre el análisis y las propuestas y quiero destacar que es de sobra conocido mi reivindicación de alguno de los puntos propuestos como "Organizar los hospitales por necesidades de cuidados del paciente" pero me llama poderosamente la atención cierta sensación de "ombliguismo" que se puede denotar de dos de los puntos:
*Que los docentes universitario de enfermería sean "exclusivamente" enfermeras
*Creación de una dirección técnica de enfermería en la GRS
Sobre el primero además de señalar que, en todo caso, añadiría "con cierta experiencia clínica" ; me extraña que desde un planteamiento científico se haga una propuesta así pues la CIENCIA así con mayúsculas es transdisciplinar y malamente vamos avanzar cerrandonos campos.
Sobre el segundo creo que reitera el error clásico de "enfermeras dirigiendo a enfermeras que hacen cosas de enfermeras" en el que cae alguna gente del ámbito de la gestión y que en los equipos de dirección en la administración llevan a mounstros con los que ya tuve encontronazos en el pasado como no poder coordinar una acción con otros mandos intermedios "porque son de otra dirección"... me gusta más la idea de que las enfermeras entren en consejería como parte de un enfoque nuevo dotado de contenidos en lo que respecta a la continuidad de cuidados en especial (como dice el documento) en lo socio-sanitario pero también en otros ámbitos para los que hay magníficas profesionales capacitadas como vemos en Baleares donde la consejera y ahora una directora general es enfermera pero no se dedicará a "cosas de enfermeras".
En fin; en breves horas se empezará a dilucidar de qué va la renovación en nuestra comunidad en materia de sanidad; esperemos que las enfermeras seamos molinos que aprovechen ese viento de cambio en beneficio de los pacientes y la sociedad.