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Tela telita tela #IQZ


En Junio una compañera me preguntó sobre la evidencia disponible respecto al uso de gorros de tela en el área quirúrgica (y por extensión en otras áreas especiales).

Apremiado por la vida y sin otra intención que dar una respuesta con algo de fundamento realicé una pequeña y restringida búsqueda que me brindó la ocasión de diseccionar los diversos aspectos de la cuestión como:

*De existir algún riesgo o problema no se limitaría al uso de gorros quirúrgicos sino a otras prendas como chaquetas y objetos como mochilas que el personal quirúrgico acarrea a diario.
*Aparejado al uso de este tipo de prendas está la frecuencia y características de su lavado.
*Es inegable que este es un factor que no se puede estudiar de forma aislada a la hora de vincularlo a los resultados en los usuarios.

Encontré alguna documentación algo vieja pero muy específica que cito abajo.

Pero lo más interesante lo encontré en la página de la AORN y se trata de una tabla que compendia 123 referencias sobre el tema de la vestimenta quirúrgica con toda clase de documentos desde estudios experimentales en laboratorio hasta guías de práctica clínica.

En todo caso no pude obtener una conclusión tajante sobre el tema, pero hoy me he decido a compartir un artículo publicado en Julio de este año que, además, toca también los aspectos de la prevención de infección de herida quirúrgica de un proyecto que parece hermano gemelo de #IQZ.

El artículo es Análisis multicentríco de las prácticas de control de infección identifica el subconjunto asociado con un mejor rendimiento respecto a la infección de herida quirúrgica.

Davis CH, Kao LS, Fleming JB, Aloia TA, Bass BL, Cali JR, et al. Multi-Institution Analysis of Infection Control Practices Identifies the Subset Associated with Best Surgical Site Infection Performance: A Texas Alliance for Surgical Quality Collaborative Project. Journal of the American College of Surgeons. 1 de octubre de 2017;225(4):455-64.

En un conjunto de hospitales de Texas afiliados en una alianza por la calidad quirúrgica se estudió la implementación de 38 medidas de control de infección agrupadas en 6 categorías (Vestimenta, Preparación, Intraoperatorio, Profilaxis antibiotica, Cuidados postquirúrgicos y otros) mediante una escala de 4 puntos y los ratios locales de infección. Estos datos se compararon con los ratios de riesgo del informe de 2016 del colegio americano de cirujanos. La adhrencia a las medidas se comparó con los 7 mejores centros y con los 7 peores.

Sobre la vestimenta quirúrgica el estudio puntuaba si cirujanos y anestesistas llevaban la ropa de quirófano fuera del hospital, si los cirujanos la llevaban a las unidades de hospitalización o urgencias, si cirujanos o anestesistas empleaban gorros personales (de tela) en quirófano, si los anestesistas usaban chaquetas personales en quirófano, si los cirujanos llevan bolsos o maletines sin cubrir al quirórfano, si los cirujanos llevaban calzas cubre zapatos en el quirófano o si el personal circulante se cubre los brazos.

En los resultados se refleja que los cirujanos llevan los uniformes de quirófano a las plantas (en 17 hospitales de 76% a 100%; en los otros 3 hospitales de 51% a 75%), que de 25% a 50% de los cirujanos y 51% a 75% del personal de anestesia que usa gorros de tela personales en quirófano, de 51% a 75% de los anestesistas usa chaqueta personal en quirófano, de 26% a 50% de los cirujanos lleva bolsos o maletines personales sin cubrir al quirófano, de 26% a 50% de los cirujanos usan calzas para cubrir sus zapatos, y que entre 51% y 75% del personal de quirófano que cubre sus antebrazos.
En todo caso ninguno de estos datos se relacionaron significativamente con uns mayor tasa de infección como refleja la tabla a continuación.


Ahh, por cierto; del análisis se desprende que las medidas relativas a la preparación de la piel antes de la cirugía, la higiene de la herida quirúrgica y la existencia de información transparente sobre el ratio de infección se correlacionan con el ratio de infección así que sería conveniente poner el foco en estos aspectos y dejar de perseguir al personal por sus gorros.

Otra bibliografía:

*DISPERSAL OF STAPHYLOCOCCUS AUREUS BY PATIENTS AND SURGICAL STAFF
D.W. Bethune. M.B. Durh
THE LANCET Volume 285, Issue 7383, 27 February 1965, Pages 480-483

*DESIGN OF OPERATING-ROOM DRESS FOR SURGEONS
Robert Blowers.
THE LANCET Volume 286, Issue 7414, 2 October 1965, Pages 681-683

*EFFECT OF CLOTHING ON DISPERSAL OF STAPHYLOCOCCUS AUREUS BY MALES AND FEMALES
Joyce Hill, Anthony Howell, Robert Blowers.
THE LANCET Volume 304, Issue 7889, 9 November 1974, Pages 1131-1133

*Patient draping and staff clothing in the operating theatre: a microbiological study.Bergman, B. R., Hoborn, J. & Nachemson, A. L. (1985). Scnad J. Infect Dis 17, 421-426

Sacando la integral del cuidado

X. M. Meijome CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Siendo una integral básicamente "una generalización de la suma de infinitos sumandos, infinitamente pequeños." Podríamos buscar la integral de la función salud-enfermedad y veríamos como esos infinitos sumandos infinitamente pequeños componen el cuidado.
Siempre digo que lo mejor de las tecnologías está en la conversación y creo que no es posible "pintar" en un monologo (como esta entrada escrita por una sola persona) toda la riqueza de una buena conversación con múltiples voces y visiones, pero vale la pena intentarlo.

El pasado 23 de Agosto M. Tome Lopez (@visitadora) lanzó este tuit que recordaba uno de aquellos documentos de Estándares y Recomendaciones del ministerio de sanidad y consumo centrado en el la necesidad de tener normas para determinar las plantillas de las unidades de hospitalización polivalentes de agudos.
A partir de ahí se generó una enorme conversación con múltiples participantes que no enumero para no dejarme a nadie sin mencionar pero quiero destacar que aún estando en desacuerdo con los argumentos o las formas de algun@s me atrevo a decir que, salvo el que suscribe, ha pasado por ahí buena parte del acervo intelectual futuro de la enfermería española.

Como toda conversación multitudinaria y espontánea gozó de una enorme flexibilidad a costa de ser caótica por lo que derivó en múltiples hilos tocando varios temas.

El motivo inicial de la conversación era la necesidad de usar herramientas que permitieran ajustar las plantillas de enfermería (y su "compuesto de habilidades" añado) a las necesidades de los usuarios y que ese ajuste fuese lo más "normativo" posible pero también flexible y multidireccional.

Como no podía ser de otra forma salieron a relucir tanto las normativas y recomendaciones de EEUU (Pennsylvania, California...), UK y Portugal como las herramientas que podrían ayudar a materializarlas y los estudios que evidencian en esos entornos que esa forma de adecuar las plantillas ofrece mejores resultados tanto en salud a las personas como en rendimiento de los centros y del sistema de salud.

Entiendo que se tenga prisa; es perentorio detener la hemorragia de eventos adversos ligados al exceso de presión asistencial y la omisión de cuidados, pero las herramientas a adoptar han de tener en cuenta las características diferenciales del SNS y de la estructura de profesiones sanitarias que décadas de sinrazón y dejadez nos han traído.

Entiendo también que la saturación de proyectos "luminosos" en los que abunda la imagen fácil y escasea la higiene ética de los políticos ocurrentes indigne a quienes queremos tener recursos suficientes para cubrir las necesidades de los pacientes a nuestro cargo y me gustaría ver una solución real entre tanto destello.

Por otra parte y como era de esperar también surgió en la conversación la necesidad de "saber lo que hacemos" (las infinitas acciones infinitamente pequeñas -o no-) por ahí entramos en los registros de cuidados, los sistemas TIC de registro, las taxonomías (NNN y ATIC sobre todo), el RD de 2010 sobre CMBD y el informe de cuidados y llegamos a la necesaria modelización del cuidado partiendo de sus axiomas.
He dicho muchas veces que tenemos un problema de actitud si, pero también tenemos un problema con las herramientas tanto a pie de cama como a nivel de gestión e investigación (en #cuidadosybits tenéis más información) pero creo que tiene razón quien señala que:
Llevamos casi 20 años reinventando el Proyecto SIGNO, y durante esos 20 años, nos han estado entreteniendo con la excusa de “medir” y no actuar, no modificar esos ratios.
No conozco ninguna otra profesión, y mucho menos sanitaria, en la cual se definan hasta la saciedad las tareas que realiza y posteriormente se cronometre el tiempo dedicado a cada una de esas tareas para calcular las necesidades de plantilla. Si no fuera dramático y ridículo, podríamos decir que se trata de una estrategia brillante para “marear la perdiz”.
Se están recorriendo 17 caminos diferentes en parte por la propia estructura política del estado y los intereses particulares de personas eminentes y en parte porque desde el inicio de la implantación de las tecnologías se han recogido los vicios ancestrales del sistema y se han ido acumulando parche sobre parche sin una estrategia ni un plan más allá de la foto y el voto.

Yo mantengo mi esperanza en que la inteligencia colectiva y multiversatil nos ayudará a salir de esto pero hay que respirar profundo y no cejar en el empeño.

Tenemos algunas claves; para conocer las necesidades de los usuarios en cada entorno de trabajo podemos emplear algunas escalas; de esas valoraciones, de la propia situación clínica del paciente y de lo planificado por otros miembros del equipo de salud dependerán los objetivos a conseguir y las acciones a realizar. 

Así pues como si se tratase de un cálculo integral por aproximación tendríamos una medida "superior" de necesidades y una "inferior" de acciones para cubrirlas. Ambas deberían llevar al paciente a su mejor momento de salud posible.
De I, KSmrq, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2359630
De I, KSmrq, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2359630
El código en el que se escriban tanto valoraciones como acciones ha de ir evolucionando y adaptándose a la potencia de la tecnología existente lo importante sería que desde un principio el registro no fuese un fin en si sino una herramienta tanto para la atención al individuo como para la adecuación de los recursos a las necesidades a nivel de unidad, de centro, de área y de comunidad.




Nota: Es evidente que no soy matemático ni pretendo serlo, sirva esto para excusar las barbaridades inexactas cometidas en un campo de exactitud tan exquisita.