Vía tipo Midline |
Han de tenerse en cuenta varios factores en la difícil ecuación de organizar un proceso de decisión que implica a clínicos de varias disciplinas de diferentes equipos tanto hospitalarios como de atención primaria sino queremos acabar confundiendo a los profesionales y "mareando" al paciente.
1) Pese a que exista un algoritmo de ayuda a la toma de decisiones y esté basado en las mejores pruebas disponibles la decisión deberá ser un proceso individualizado según las circunstancias clínicas del paciente que tenga en cuenta en lo posible sus preferencias.
2) Cuando se implanta una solución operativa para dar cobertura a un problema como el daño al capital venoso no se pueden obviar los riesgos que las soluciones propuestas conllevan por lo que se ha de mantener cierto control sobre las condiciones de insercción de estos dispositivos limitando la misma a profesionales con formación y práctica tutorizada suficiente al mismo tiempo este conjunto de personas ha de estar distribuida temporal y espacialmente para asegurar una disponibilidad equitativa para los pacientes que necesitarían dicha técnica.
3) Dado el tamaño de algunos centros o áreas de salud y la dificultad de calcular a priori el volumen de accesos vasculares de este tipo que serán necesarios aún usando datos indirectos (como el nº de tratamientos que conllevan la indicación dispensados en el último año o el número de vías centrales insertadas a pacientes hospitalizados para estos tratamientos) es de esperar que las soluciones difieran entre los mismos y evolucionen a lo largo del tiempo conforme a la necesidad; donde se debe hacer énfasis es en conseguir siempre los mejores resultados para los usuarios. Será necesario que cada centro realice su propio análisis de barreras y ventajas para organizar su respuesta a este reto.
4) Tal y como señalamos en el punto 3 la formación y la práctica tutorizada (curva de aprendizaje) son fundamentales no sólo al inicio de un proyecto así sino de forma continuada en el tiempo para asegurar el relevo de los profesionales y la prestación de la asistencia siempre que se ha programado.
En la toma de decisiones se pueden tener en cuenta otros dispositivos como hace el proyecto MAGIC aunque este sólo tiene en cuenta la duración propuesta del tratamiento.
O este otro que incluye el pH del tratamiento al tomar estas decisiones pero que sigue promoviendo el remplazo de los catéteres cortos periféricos algo que no apoya la evidencia disponible.
Por último argumentar a favor de que seamos profesionales de enfermería (con la formación y la práctica señalada) quienes realicemos la técnica de inserción de los PICC no solo la posibilidad de flexibilizar algo más los horarios y días sino también que resulta eficiente según el análisis realziado por la gente del área integrada de Álava publicado recientemente bajo el auspicio del ministerio de sanidad.
Sus conclusiones, que podeis leer en la imagen inferior, no dejan de "marcar tendencia" al incluir en su análisis los costes de los cuidados en AP dejando clara la necesidad de articular una continuidad asistencial y con ella una buena comunicación para asegurar los mejores resultados.