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El demonio está en los detalles #FlebitisZero

Para terminar no puedo dejar de hacer referencia a un informe científico publicado este año en Nature con el título (mi traducción) "Causas mecánicas de fallo del catéter periférico intravenoso basado en un estudio informático parametrizado" que presenta cosas tan interesantes como la variación en las zonas de recirculación (turbulencias) al rededor de la punta del catéter con y sin perfusión...


En fin, sé que la entrada ha quedado larga y aún así me he dejado cosas en el tintero; en todo caso, tenemos que exorcizar estos demonios con una visión global del tratamiento intravenoso y ello requiere no sólo agrupar a todos los movimientos de la enfermería al respecto sino hacerlo transdisciplinar con preventivistas (para ayudarnos a medir como en Flebitis zero) pero también con internistas, cirujanos y demás "prescriptores" (para ayudar al paciente y al equipo a seleccionar el dispositivo a insertar) con anestesistas e intensivistas (para formar grupos de inserción de dispositivos que tengan PBE consensuadas y debidamente escalonadas) con farmacéuticos (para ayudar a los prescriptores y para ayudarnos a usar las diluciones y ratios de infusión adecuados) con ingenieros (para seguir aprendiendo sobre lo que ocurre "dentro") y, como es inexcusable, a los pacientes (para saber qué les inquieta y aprender con ellos cómo resolver sus dudas)... en fin, que soy muy soñador.

Ya sabéis; "Si tienes una duda dímela que yo te la amplio".

Estudios de costes ¿y si enfocamos al proceso?

Ya hace 8 años que comentamos que los GDR eran una herramienta precaria a la hora de entender los costes de la atención sanitaria;  en nuestra última entrada hicimos una traducción de un artículo que nos conminaba contribuir a la campaña #NursingNow realizando trabajos de investigación que reflejen el  impacto económico de las enfermeras algo para lo que el propio artículo da bastantes pistas que vale la pena seguir.


En la XI jornada nacional de enfermería del hospital de Móstoles el Dr. Morales Asencio habló sobre la enfermería de práctica avanzada (EPA) y su impacto haciendo un repaso a las evidencias sobre las distintas figuras de EPA en distintas dimensiones destacando la preocupante ausencia de estudios sobre el impacto económico de estas figuras profesionales (columna derecha de la imagen la intensidad del color verde marca la existencia de más evidencia sobre el impacto).

  
Sin embargo como comentamos en la red las enfermeras en España no realizamos muchos estudios de ese tipo (También es cierto que hay notables excepciones –Análisis económico PICC publicado en OSTEBA  by @VictoriaArmen14- ) y los motivos aducidos son los que vemos en el tuit de abajo lo que no quiere decir que sean los únicos o que sean los principales pero parece una sensación compartida.


Puede que un motivo no incluido en la encuesta (porque sólo permite 4 opciones) sea que creemos que en un sistema sanitario público no se debe atender a los criterios económicos... espero que no porque indicaría un desconocimiento absoluto de las obligaciones morales que justamente nos vinculan con una sociedad que elige un modelo público para prestar estos servicios.

También hace poco tuve el privilegio de escuchar a Rafael Bengoa en #AEES18 donde abordó la necesidad perentoria de reorientar el sistema sanitario (y sociosanitario)  para “sacar” a la atención sanitaria del hospital reorientando nuestro enfoque para hacer procesos centrados verdaderamente en el paciente.

La verdad es que he tardado en hilar las cosas y me he percatado que ese cambio de enfoque al proceso también debería abarcar a la forma en la que “miramos” los a los costes y que existen modelos que lo hacen como los Patient Management Categories (PMC aquí su "artículo fundacional") una forma de mirar que, además, parece muy indicada para la gestión presupuestaria que realiza la administración pública y que permitiría modelar la atención atendiendo a eso de "las mejores pruebas disponibles" esto es; encajar la evidencia con la gestión en busca de la eficiencia, pero eso debería ser objeto de otra entrada.

Si queremos de verdad entrar en esa dinámica y visibilizar el impacto de nuestras intervenciones y de los nuevos roles desde mi modesto punto de vista no nos queda más remedio que aprender a realizar estudios de costes e impacto económico (dos cosas diferentes), escapar de indicadores que tratan a los procesos de cuidados como una actividad secundaria o accesoria y crear alianzas que nos permitan conocer cuales son las fuentes de datos sobre los costes de cada elemento de la atención sanitaria y sobre cómo obtenerlos porque:

¿Realmente sabemos cuanto cuesta una enfermera en el sistema público?¿Sabemos cuanto cuestan los productos que usamos?¿y los espacios en los que se desarrolla la actividad? Y lo más importante ¿sabemos cuales son los impactos importantes para nuestras poblaciones? por ejemplo; ¿Sabemos cuanto vale la accesibilidad para un paciente-cuidador en cuanto a coste de oportunidad?.


Bibliografía:

1. 
Young WW. Incorporating severity of illness and comorbidity in case-mix measurement. Health Care Financ Rev [Internet]. noviembre de 1984 [citado 27 de octubre de 2018];1984(Suppl):23-31. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4195100/

El impacto económico de las enfermeras #NursingNow

A continuación realizo una traducción de la editorial "The economic impact of nursing" de Sharon M Brownie en Journal of clinical nursing en noviembre de 2017 y que creo que complementa al informe "El triple impacto de la enfermería" ya traducido hace 2 años en este blog.

Addenda: Como continuación lógica a esta entrada-traducción la siguiente entrada comenta algunas ideas sobre los estudios de coste, pero me gustaría escuchar las vuestras.


La economía incluye "la posición de una región o grupo en lo referente a su prosperidad material"(Oxford Dictionaries, 2017). Los vínculos entre la prosperidad material frente a la pobreza, el estado de salud y la calidad de vida están bien documentados, al igual que los efectos devastadores de las disparidades demográficas en los indicadores mencionados (Association of State and Territorial Health Officials, 2012). La falta de salud afecta a la capacidad de las personas de trabajar, generar ingresos y cuidar de sus familias un dilema ampliamente conocido. En pocas palabras, la capacidad económica afecta al estado de salud y este impacta en la prosperidad económica. Por lo tanto, las cuestiones relativas a la situación socioeconómica y a la salud de la población son de gran interés para los gobiernos y para quienes formulan las políticas (Fonseca, 2011; Smith, 1999). La pobreza, junto con la desigualdad asociada en la salud de la población, es particularmente problemática y desconcertante para los gobiernos y los responsables de la formulación de políticas en todo el mundo y, en particular, en los países de ingresos bajos y medios. El acceso al sistema sanitario impacta en cada indicador incluyendo los ratios de mortalidad maternoinfantil, los de infecciones prevenibles y enfermedades no transmisibles, empleabilidad, equidad de género, productividad laboral, tendencias en ratios de mortalidad y más (Ubri & Artiga, 2016). La eclosión del envejecimiento de la población agrava aún más el problema.

El papel y la función de las enfermeras está inextricablemente entrelazados dentro de todos y cada uno de estos indicadores, y las enfermeras tienen una capacidad significativa para influir positivamente en los resultados de salud (Oliver, Pennington, Revelle, & Rantz, 2014) con impacto en los flujos económicos (Fonseca, 2011). Cada vez con más frecuencia, los gobiernos buscan en las enfermeras un medio para satisfacer los crecientes niveles de exigencia en salud, proporcionar una atención más asequible y mejorar los resultados (Salmond, Salmond, & Echevarria, 2017). Las enfermeras son el grupo profesional más numeroso; sin embargo, el desarrollo e implementación de modelos para medir su impacto, incluyendo la contribución económica específica de las enfermeras, son un reto significativo (Community Health, 2016; Penn, 2015), y las comparaciones entre economías sanitarias dispares son particularmente difíciles (Newbold, 2008). Pese a todo la gran pregunta es ¿Cual es el impacto económico de la actividad de las enfermeras y cómo se puede medir?

Pueden citarse muchos estudios realizados en hospitales para ilustrar los impactos de las enfermeras; por ejemplo, incrementando el ratio y el nivel educativo de las enfermeras en las instituciones con pacientes ingresados ha demostrado tener impacto positivo en los reingresos a los 30 días y en el ratio de mortalidad (Aiken et al., 2014; Manojlovich, 2015). Los estados (de EEUU) que emplean "nurse practitioners" y respaldan que desarrollen toda su capacidad tienen ratios de hospitalización más bajos y mejores resultados en salud comunitaria que los que no las emplean o restringen su práctica  (Oliver et al., 2014). Cada uno de estos ejemplos ilustra el impacto a nivel de la salud en el segundo nivel y apoya la idea de que el impacto de la enfermería es más amplio que el impacto de la asistencia sanitaria por sí sola. Otros ejemplos muestran el impacto de las enfermeras en el sistema de atención primaria en el cual enfermeras en roles de práctica avanzada, especializada y "nurse practitioner"proporcionan tratamiento y servicios de salud preventivos (Brownie, Hills, & Rossiter, 2014). Los estudios actuales sugieren que los servicios de salud preventiva encabezados por enfermeras tienen un impacto económico positivo tanto respecto a los resultados en salud como a la coste-efectividad clínica. En dichos estudios, se informa que el impacto financiero está vinculado a resultados como el aumento de la satisfacción de los pacientes, las mejoras en el estilo de vida, los aumentos en los niveles de actividad diaria, las reducciones en las visitas médicas no programadas, las reducciones en los ingresos hospitalarios y los reingresos y el aumento de la autoeficacia de los pacientes que acceden a los servicios de salud. (Browall, Forsberg, & Wengström, 2017; Fatoye & Baker, 2017; Randal, Crawford, Currie, River, & Betihavas, 2017). Estos estudios proporcionan una base de pruebas de la contribución de las enfermeras a las mejoras en la práctica clínica y la calidad del sistema de salud.
El reciente informe del grupo de todos los partidos del parlamento británico sobre salud global titulado “Triple Impact: How developing nursing will improve health, promote gender equality and support economic growth”(traducciónafirma que la inversión en el desarrollo de las enfermeras es una herramienta de empoderamiento con un impacto mucho mayor que el de los servicios de salud que éstas proporcionan posteriormente. El informe mantiene que la inversión en enfermeras contribuye al empoderamiento de las comunidades donde las enfermeras viven y trabajan lo que a su vez contribuye al fortalecimiento de las economías locales (All‐Party Parliamentary Group APPG on Global Health, 2016). En este momento, los estudios sobre la relación coste-eficacia y el impacto económico de los servicios relacionados con la enfermería son escasos en número y mixtos en cuanto a sus resultados. Los autores de los estudios mencionados subrayan la necesidad de realizar investigaciones futuras con la inclusión de análisis económicos para comprender mejor e informar sobre el impacto económico específico de la contribución de la enfermería. En especial, se necesitan estudios de coste-efectividad para comparar el impacto de las enfermeras en áreas como los servicios encabezados por enfermeras en contraste con el modelo vigente encabezado por médicos y otras modalidades de servicio históricas (Browall et al., 2017).

Del mismo modo, se necesitan estudios de coste-efectividad e impacto económico para evaluar y comprender mejor la contribución de los servicios de las enfermeras en la economía sanitaria y en el conjunto de la economía. No hay duda de que las enfermeras añaden valor más allá del impacto de la provisión del servicio de salud. La cuestión es que los impactos más generales como la contribución económica de la enfermería no han sido bien investigados, cuantificados o diseminados. Por lo tanto, las contribuciones y el impacto de las enfermeras y de los servicios de enfermería a menudo son malentendidos y no son reconocidos por los gobiernos, los responsables de la formulación de políticas y los líderes de los sistemas de salud (Shamian, 2014). Existe una urgente necesidad de examinar el impacto económico de las enfermeras en el sistema sanitario y en las economías tanto nacionales como globalmente. Cual es la mejor manera de hacerlo es un desafío tanto operacional como conceptualmente (Penn, 2015). Siguendo el ejemplo del informe "Triple impact", la campaña "Nursing Now" se ha desarrollado para ayudar a proporcionar pruebas del impacto beneficioso de la enfermería e incluirá un estudio "landmark"sobre las contribuciones sustanciales realizadas por el mayor grupo profesional que constituye un 50% de la plantilla mundial en sanidad. (International Council of Nurses, 2017). La campaña "Nursing Now" se lanzó formalmente a principios de 2018 y ofrece a todas las enfermeras la oportunidad de inscribirse en la campaña y perfilar de forma más visible el importante impacto de la enfermería en la salud mundial y las economías locales. La participación activa de la enfermería en esta campaña proporciona una oportunidad sustantiva para describir las contribuciones de la enfermería a nivel mundial, nacional y en el ámbito de la práctica local de manera más efectiva, perfilando los impactos muy sustanciales de la enfermería en los sistemas de salud y en la salud económica y la riqueza de las naciones en general.


Bibliografía del artículo:


Liderazgo Mi respuesta... o no.

Mi frase preferida es "Para cualquier duda que tengais, decidmela y yo os la amplio" así que cuando @Vanesa_Frank me pidió que para su trabajo práctico para la cátedra de gestión y administración de servicios de enfermería le contara mi opinión a cerca del liderazgo en enfermería en España y su formación me salió esto:

No soy un teórico de estas cosas así que no sé bien por donde empezar quizás lo más lógico sea tratar de definir eso del liderazgo cosa que no es nada sencillo pues mucha gente confunde liderar con dirigir o tener un puesto en un escalafón (ser jefe) que es algo que puede coincidir pero no siempre (pocas veces en mi experiencia) es así; y esto ocurre porque otra cosa que no se identifica correctamente es que existen varios tipos de liderazgo y no sólo el formal versus el informal sino muchos otros; técnico, emocional, transformador... 

Un@ lider es aquella persona que te acompaña y te guía para hacer lo que tienes que hacer sin tener que convencerte de ello mediante amenaza o doctrina. Podría ser una definición válida pero tampoco estoy seguro de ello.

Otra cosa a discutir es si en los equipos sanitarios hay que hablar de líderes por estamentos o titulaciones profesionales; esto es, en los centros de asistencia sanitaria una enfermera puede ser vista como líder por otros profesionales y no sólo por las enfermeras. Así pues ¿de qué hablamos cuando hablamos de "liderazgo enfermero"? 

El liderazgo de una profesión que se desempeña en tantos roles y tantos ámbitos (asistencial, docente, investigador, gestor) ha de verse como la capacidad de transmitir y contagiar a la acción sobre una visión estratégica concreta del desempeño profesional, del papel de los cuidados en la sociedad, de la necesidad de tener una voz activa a todos los niveles... así pues tampoco lidera una profesión alguien por ser presidente o secretario de una organización, cátedra de una facultad o directivo de un centro; sino porque su figura ejemplifica las cualidades de la profesión y su pensamiento orienta a la acción para alcanzar metas de desarrollo profesional.

Tras tan embrollada respuesta es de suponer que voy a decir algo sobre el aprendizaje para el liderazgo. La capacidad de observación y de análisis, la visión de los factores concurrentes, la elaboración de una estrategia y su impregnación se pueden aprender (y se aprenden) en cursos y otra formación reglada; pero hay elementos de la actitud personal, de ese equilibrio tenso entre la confianza y la prepotencia, de ese hacer de ejemplo sin adoctrinar que difícilmente se aprenden. Y luego está la dignidad, el no andar besando culos sólo por el hecho de querer ascender, la independencia intelectual ante las presiones de todo tipo, eso ya va en la persona.

Justamente porque algunos elementos van inherentes en la persona y la enfermería es una profesión principalmente femenina creo que es por lo que a la profesión, por lo menos en España no le faltan LÍDERES, y lo que le sobran son dirigentes prepotentes y adoctrinantes.

Y no es que aquí se "prepare" a las enfermeras para liderar que ya digo que hay cosas que no se aprenden pero si que han surgido y surjirán enfermeras que lideran ámbitos y roles y a quienes me gustaría asemejarme o que tomo como modelo y cuyos análisis, opiniones e iniciativas trato de seguir para aprender y apoyar.

Una lista no excluyente sería:.... y aquí es cuando cada lector puede si quiere aportar la suya.

Ensalada de guías a la “AGREEeta”

El pasado mes de Septiembre se publicó uno de esos estudios secundarios que desearía no haber leído pero que, en el fondo, agradezco enormemente.



Bajo el título de "Quality appraisal of clinical guidelines for surgical site infection prevention: A systematic review" Un grupo de Australianas entre l@s cuales hay 3 enfermeras realizó la labor de búsqueda sistemática de las guías de práctica clínica referidas a un conjunto de medidas para prevenir la infección de herida quirúrgica y evaluó su calidad metodológica usando como referencia la reconocida herramienta Appraisal of Guidelines for Research and Evaluation II (AGREE II).

Ni que decir tiene que este estudio presenta un claro sesgo de selección pues sólo incluyó en su búsqueda y posterior valoración GPCs publicadas en lengua inglesa algo que no por repetido se puede considerar normal ni mucho menos correcto. Así pues se seleccionaron 6 GPCs para evaluar los 23 ítems de AGREE II; cada GPC fue evaluada por 3 de los autores buscando un nivel de acuerdo muy elevado.

La revisión informa sobre los ítems de AGREE II agrupados en ”dominios" y realiza una valoración global de cada GPC adjudicando una recomendación de la misma si consigue una valoración de 50% o más en al menos 4 de los 6 dominios. Pues bien, de las 6 GPCs seleccionadas sólo 4 serían recomendadas (la de la OMS, la de los CDC, la NICE y la estrategia de prevención de infección del sitio quirúrgico de un grupo de trabajo de epidemiólogos).


Hasta ahí todo “bien”; pues tenemos 4 documentos cuya elaboración supera los criterios de calidad recomendables lo que pasa es que ya no es nada halagüeño que sólo 3 guías consiguen una calificación decente en el apartado de aplicabilidad y únicamente la de la OMS consigue calificaciones por encima del 80% en todos los apartados.

Recomendaciones y nivel de evidencia
Si miramos las recomendaciones concretas de las guías del estudio (tabla S5 anexo) veremos que no son tantas las que se respaldan con niveles de evidencia altos o moderados (tabla 3 imagen izquierda) algo que muchas veces es usado a modo de excusa barrera a la hora de ponerlas en marcha.

La dificultad radica en la naturaleza múltiple e interrelacionada de los factores que determinan que un paciente padezca una infección de herida quirúrgica cuyo abordaje precisa no sólo de medidas con un claro nivel de recomendación aplicadas simultáneamente sino medidas “bien aplicadas” y sobre todo bien explicadas a los profesionales.

Por poner el ejemplo de la antisepsia cutánea tal y como explica el documento de consenso de la Sociedad Española de Medicina Preventiva Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) “Las guías de práctica clínica al uso suelen hacer muy breves recomendaciones, eludiendo dar detalles sobre cómo realizar, paso a paso, esta Antisepsia cutánea sin ocuparse de los puntos conflictivos que generan cierta polémica” la clave una vez se dispone del recurso concreto (clorhexidina alcohólica) es una buena explicación técnica AL CONJUNTO DE LOS PROFESIONALES IMPLICADOS de cómo ha de aplicarse y de las alternativas para los casos y las zonas donde no se puede aplicar.

Desde mi punto de vista la revisión señalada pone en valor proyectos como “Infección quirúrgica zero” que se centran en las intervenciones con mayor grado de recomendación (según las 4 guías “aprobadas” por la revisión) y se explaya en el detalle técnico sobre su correcta realización ofreciendo herramientas de difusión y respuestas a las dudas que puedan surgir.


Conclusiones:

*Faltan estudios primarios de calidad que disciernan definitivamente el valor de algunas medidas, pero el diseño y realización de los mismos es muy complicado dados los numerosos factores que influyen en la infección de la herida quirúrgica.

*Las enfermeras como parte del equipo multidisciplinar debemos aportar también en el campo de la investigación aún a riesgo de revelar la "desnudez del emperador" porque sólo desde ahí se podrá avanzar para construir una base de evidencia fuerte que nos apoye en la práctica diaria.

*La implantación de las medidas que tienen apoyo de la evidencia científica depende tanto de factores estructurales (disponer de recursos) como de factores organizativos que permitan a tod@s los agentes comprender la forma adecuada de aplicar esas medidas y aclarar sus dudas al respecto.

Bibliografía:

1. 
Gillespie BM, Bull C, Walker R, Lin F, Roberts S, Chaboyer W. Quality appraisal of clinical guidelines for surgical site infection prevention: A systematic review. Chambers D, editor. PLOS ONE. 13 de septiembre de 2018;13(9):e0203354.

Centro regional de PBE una oportunidad estratégica

El pasado día 26 de Septiembre se realizó en el salón de actos Ernest Lluch del Instituto de salud Carlos III la presentación de los centros regionales BSPO-CCEC de Asturias, Islas Baleares y Euskadi.


Más allá de la oportunidad de encontrarse y retroalimentarse tod@s los actores de este esfuerzo titánico por implementar de forma efectiva recomendaciones basadas en la evidencia con herramientas específicas de apoyo e indicadores homogéneos de seguimiento el acto debería resultar en la visualización de la oportunidad estratégica que esta iniciativa descentralizadora representa.

Lejos de entender esto como una amenaza debemos tomarlo como la oportunidad de reconducir los esfuerzos realizados y de aprovechar toda la formación impartida dado que la mejora de la calidad asistencial y la mayor implicación de las enfermeras (con un rol más autónomo) así como la aplicación de las mejores evidencias disponibles son los ejes de la propia estrategia de nuestro servicio de salud y a ello nos ayudaría a llegar este programa.

Tratar de desarrollar en nuestra comunidad esta iniciativa puede servir de acicate en muchos aspectos tanto estratégicos como operativos lo que acabará redundando en la atención a nuestros cada vez más complejos y envejecidos pacientes.

El reto de tejer una red de indicadores de calidad de cuidados orientados a resultados en los usuarios y no sólo a actividad y la comparación de los estos entre centros del mismo nivel serviría para orientar recursos. También serviría de estímulo para los equipos que intentamos entrar en las primeras cohortes sin éxito pues podríamos aprovechar mejor la oportunidad de mentorización por parte de los centros que ya forman parte de los BSPO-CCEC.

Las guías que el programa propone tanto en su conjunto como en forma de intervenciones concretas se alinean con las declaraciones estratégicas de los últimos planes anuales de gestión y de hecho su aplicación local en Medina del Campo y en el centro de Salud Ponferrada II son la mejor prueba de que no suponen un engorro sino un reto organizativo orientando la atención para centrarla en el usuario.

Pero no debemos esperar que esta oportunidad sea “visualizada” sólo por los responsables de los servicios centrales; debemos dar sígnos de que existe una masa crítica de enfermeras en la práctica clínica y en la gestión de los centros que poseen los conocimientos, aptitudes y la ACTITUD de afrontar ese reto organizativo por el bien de nuestros pacientes y el pleno desarrollo de las competencias profesionales.

Quitarle la cera al oido de la administración

Se supone que por ley las diferentes CCAA han de tener órganos que se encarguen de esas funciones fuera de lo que es la representación política en los parlamentos y sus comisiones de control; es por ello que no deja de llamarme la atención que el pasado 3 de Julio se produjera la que, según las actas disponibles (ver captura), es la tercera reunión del "Consejo castellano y leonés de salud" cuando el decreto que crea los órganos de participación en Castilla y León es de 2003... claro que si su reglamento se demoró hasta 2013... pues eso.

Quizás sería positivo que en vez de haber esperado a tener a la personas en la calle reclamando sus derechos se tuviera esos mecanismos funcionando pero eso no sólo parece no interesarle a quienes han de administrar la cosa sanitaria sino que a los mismos que enarbolan pancartas tampoco parece interesarles normalizar los canales de las justas reivindicaciones será algo que habrá que explicar con el tiempo y "los ciclos".


Ahora queda esperar que se pongan en marcha también los consejos de salud de área y de zona y que su constitución se realice de forma transparente y democrática dando a la sociedad civil la oportunidad de participar en la salvaguarda de sus derechos y de la propia sanidad pública.

Y en tu CCAA ¿te consta que los mecanismos de participación previstos en la ley cuando menos estén constituidos?

Tal vez com profesionales y como individuos en la sociedad nos corresponda el papel de ir más allá del diagnóstico "Sordera de la administración ante las inquietudes de las personas respecto a la sanidad pública" y marcar el objetivo "Intaurar canales eficaces de escucha a las personas" con la intervención "Quitarle la cera de los oídos".


Captura de pantalla de las actas en la web a 22 de julio de 2018.