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La relación fotosensible

Cuando caí en cuenta ya había pasado algo de tiempo; hasta ese momento siempre pensé que se trataba de una cuestión de priorización, de acompasar esfuerzos, de obtener un mejor rendimiento de las horas que se pasan en una guardia...

Pero ahora tengo mis dudas.

Hace casi dos décadas participé en la apertura de un servicio de urgencias en un centro nuevo con un modelo de gestión privado; dado el volumen inicial de trabajo previsto los médicos realizaban las radiografías y nosotr@s, las enfermer@s realizabamos el trabajo de admisión administrativa y, como consecuencia de ello, realizábamos un primer estadiaje de los pacientes atendidos. Un auténtico triaje en cuestión de 1' o menos decidiamos en cual de los 3 tipos de espacios de atención disponible y con qué prioridad se atendería al paciente.

Según la situación clínica y los antecedentes del paciente no solo se le colocaba en el espacio de atención en disposición de ser explorado (desprendido de la ropa que fuese menester y cubierto con esos camisones 'no tapa nada'), con las constantes vitales tomadas, con una mínima entrevista clínica reflejada en nuestro registro sino que, además; insisto, según la situación clínica y los antecedentes, con una analítica extraída, un ECG realizado... una atención protocolizada.

Era un equipo bastante bien integrado y, en general, no existian grandes roces al respecto de la actuación de unos y otros. Muchas veces se estaba empezando a pasar la medicación antes de que concluyera la entrevista clínica del médico y, en algunos casos, algun@s (los que tenemos el correspondiente curso) realizabamos las radiografías antes de que el médico viese al paciente.

En aquellos años sólo una persona insistía en que la enfermería actuase como si fuese "personal técnico" esperando 'en posición de firmes' (le decíamos con sorna) que decidiese qué técnicas y tratamientos decidía aplicar al caso.... salvo por la noche. Ahhh; por la noche resultaba que lo que hacías 'atropelladamente' durante el día era 'absolutamente lógico' que lo tuviesemos hecho.
-¿Cómo es que aún no le habeis hecho el ECG a este paciente que tiene un dolor torácico?
-Porque ayer por la mañana dijiste que 'ni un electro' sin tu indicación.
-Eso fué por la mañana, ahora es de noche.

Podeis pensar que era un caso puntual en un centro puntual (o no, ahí teneis el espacio para comentar) pero no, cuando mi compañera entró a trabajar en otro servicio de urgencias de otro hospital de similares características se encontró con una amplia minoría de médicos que vivian la misma disociación dia-noche incluso traladada a los horarios post-prandiales de los días festivos... y otr@s compañeros me han comentado cosas similares.

Parece, aún así, algo limitado a los servicios de urgencia, de la atención continuada... ¿Seguro? y en las unidades de hospitalización en las que durante el día te dicen "tú primero me llamas y luego ya iré diciendote qué hacer..." las mimas personas que en otros horarios te dicen "¿y para eso me llamas? debiste ponerle XXX y ya mañana te lo firmaba".

Y en vista de lo que se relata en el blog "The anesthesia dilemma" el tema no se restringe a nuestro pais y a la enfermería "de base"
He trabajado en centros desde hace muchos años y he visto de primera mano la realidad de las prácticas, cómo las Enfermeras de Práctica avanzada en anestesia se consideran practicantes inferiores hasta la tarde y la noche, donde de repente se convierte en lo suficientemente inteligente como para administrar la anestesia para los casos de traumatismo grave, casos difíciles de obstetricia y prestar asistencia en la sala de emergencias y unidades de cuidados intensivos.
  En fin, yo me quedo con quienes entienden de roles y capacidades, de confianza mútua y de apoyo SIEMPRE con el fin de prestar a los usuarios no sólo la mejor atención a nivel individual sino creando un sistema sanitario lo más eficaz y eficiente posible; dando más y mejor atención con los recursos disponibles.

Se acabó la dispersión, llegó la FDA y mandó...

...Regular.

Ya hace año y medio me preguntaba si las aplicaciones sanitarias necesitaban una regulación administrativa y no simples sellos de 'autoacreditación' truco de malabares que la industria tiene bien aprendida con el que intenta acelerar la "entrada en el mercado" de sus productos.

Los americanos son conscientes del delicado equilibrio que deben tener entre el desarrollo de una industria estratégica para el país y la necesaria garantía de fiabilidad técnica y de seguridad y privacidad de los datos de unos dispositivos que más pronto que tarde van a formar parte de la vida cotidiana de una sociedad inmersa en un proceso de "empoderado de la enfermedad"... en vez de "empoderar la salud", pero ese es otro tema.

Así pues hace un mes y medio la FDA publicó un anuncio clarificando las caracteristicas de las aplicaciones que serán reguladas:
A. Las que se utilizan como un accesorio para dispositivos médicos ya regulados por la FDA (por ejemplo, una aplicación que permite a un profesional de la salud para hacer un diagnóstico específico mediante la visualización de una imagen médica de un sistema de archivo y comunicación (PACS) en un teléfono inteligente o una tableta).
B. Las que transforman un dispositivo móvil de comunicaciones en un producto sanitario regulado mediante el uso de los accesorios, sensores u otros dispositivos (por ejemplo, una aplicación que convierte un teléfono inteligente en una máquina de ECG para detectar ritmos anormales del corazón o determinar si un paciente está sufriendo un ataque al corazón).
Desde ese momento está abierto el proceso de consulta sobre el borrador de la regulación un proceso de cuyo resultado dependerá el futuro desarrollo de este potentísimo sector y su futura contribución a los cuidados de salud

En un entorno como el nuestro de sanidad mayoritariamente pública pero "repartida" entre 17 proveedores diferentes (las recientes ofuscasiones respecto a la prestación farmaceutica son la punta del iceberg) el conocimiento de las aplicaciones de monitorización remota que, no tardando mucho, se pondrán en marcha formará parte de las habilidades necesarias de las enfermeras y tanto participar en el diseño de las mismas como en su proceso de regulación y selección para la administración puede parecer algo lejano; pero creedme, ahí hay un nicho de trabajo para las nuevas generaciones de enfermeras que se están formando mientras esperan consguir un empleo estable "en lo suyo". Otra punto de interés es la necesaria formación sobre el uso de las aplicaciones por los pacientes (la formación de formadores) y explotación de los datos por los profesionales algo que, si las administraciones son previsoras irá incluído en los contratos de concesión de uso de la aplicación pero que alguien deberá impartila; ¿porqué no una enfermera?.

Mirando... el nombre

A propósito de la iniciativa "Mírame a los ojos" de los amigos de cuidando y de la visión holística que ha aportado Manoli Domingo ha venido a mi memoria parte del debate de un artículo cuya lectura crítica se ha publicado (doi:10.1016/j.enfcli.2011.07.006) poco después de salir este post (PDF).
 El caso es que en estos días de vuelta de vacaciones much@s os rencontrareis con vuestra unidad tras un período de ausencia más prolongado de lo habitual y, por ello, los pacientes serán "nuevos" (o no, que por eso se insiste tanto en el tema de la cronicidad).
A tod@s nos ha pasado en alguna ocasión un caso de confusión de identidad de un paciente; no en vano es un tipo de error que se repite en todos los ámbitos y en los principales escenarios de eventos adversos estudiados: en la administración de medicamentos, en la realización de pruebas, en la asignación de muestras y resultados... en la entrevista clínica.
 Así que vas con tu carro, con tu lista de trabajo, con tu parte quirúrgico y te acercas a ese primer paciente "nuevo" le miras a los ojos (en 5" eres capaz de saber más de su mirada que de sus palabras), le das los buenos días y... le identificas.
Pero ¿cómo lo hacemos?, ¿cuales son las palabras exactas?, ¿es igual una pregunta que otra?
 La cuestión no es baladí; dejar la pregunta lo más abierta posible "¿cómo se llama usted?" debería forzar una respuesta más completa no exenta de posibilidades de error por nuestra parte (José Pérez Pérez es un nombre común por no hablar de los entornos con un único apellido) que, además, nos permite valorar otros aspectos de la comunicación del paciente.
Mientras que una pregunta cerrada "¿es usted José Pérez Pérez ?" nos obstruye la posibilidad de esas otras valoraciones y, a cambio de unos 3 segundos más de tiempo nos lleva a la trampa de un "SI" como acto reflejo de una confusión posible fruto de muchas circunstancias.
 Repasad en vuestro historial cuantas veces un paciente os ha dado ese tipo de respuesta 'refleja' que os ha podido llevar a una confusión y tendréis un motivo para rearmar vuestro particular cuestionario de la entrevista clínica o de los pasos de identificación de un paciente de modo que mejoréis las posibilidades de detectar un error.
 De la utilidad de los dispositivos de identificación hablaremos en otra ocasión.

Lembranza non desexada

Remataron as vacacions e un xa sabe que a volta dunha desconexión sempre trae consigo unha fase na que se van recibindo novas sobre o acontecido nas datas de ocio e que non todas van ser novas agradables; nin que as malas novas por esperables fosen menos malas. Veño de enterarme do pasamento dunha antiga compañeira tras un longo proceso e asaltanme as imaxes e a lembranza. No furacán dunha experiencia única como foi a apertura dun novo hospital baixo un modelo de xestión incognito para nós coincidimos varios recén diplomados na EUE Compostelana de duas ou tres promocions diferentes. Coñecido é que na formación de grupos de xente nova sempre hai individuos que destacan porque saben desenvolverse mellor e trabar relacions con mais facilidade. Ela era así; unha persoa aberta e, como veu a demostrar dempois, sen medo. Tiña un tipo de personalidade que impedía que pasase desapercibida; ou te atraia ou era branco de agrias críticas. Sempre conversadora e directa o papel que lle tocou desempeñar o desenrolou con normalidade e soltura nun entorno que por novidoso poderíamos considerar hostil. Cando as circunstancias trocaron e pasou a traballar noutra área non se enrrugou mostrando a forza do seu caracter e o bó facer que quenes a coñeciamos sabíamos que tiña. Sempre que voltei por alí e a topei me facía sentir un aprezo especial compartindo 'mesa e mantel' en mais dunha ocasión. Sacou a súa garra de loitadora dende o principio e en ningún intre se laiou ou deu por derrotada; tanto era así que tras falar con ela non sabía un ben en que estado se atopaba ou si era ela quen o animaba a un e non ó contrario. Descansa en paz Nida.

Manifiesto de La Fresneda

Quiero explicar mi tardanza en manifestarme respecto a esta tristísima situación más allá de mis problemas de tiempo personales en mi incredulidad ante lo que intuía. Hasta que no he leído las noticias y entradas relacionadas con ello no me lo he acabado de creer.

Defender lo indefendible pero aparentar que se defiende el servicio público "de calidad"; esa parece ser la consigna de algunos a los que no basta con tener a la gente 21 horas haciendo cola para participar en una infrabolsa de empleo sino que, por lo que se ve, les molesta cualquier iniciativa que saque a la sanidad pública de su falta de acción respecto al cambio de comportamiento de los ciudadanos para con su salud.

Me adhiero al "Manifiesto de La Fresneda" y espero que mucha más gente lo haga y que ese tipo de iniciativas se mantenga donde las hubiese (que seguro que las hay en más sitios) y que se extienda a otros... no es lógico que instalaciones que nos cuesta dinero de nuestros impuestos construirlas, financiarlas y mantenerlas sólo se aprovechen un porcentaje tan pequeño del tiempo.


De efímero a persistente

El pasado día 19 la gente de Cuidando.es lanzó la idea de twittear sus entradas más notables bajo el hashtag #rememberpost como un modo de reivindicar la incipiente "producción bibliográfica" de los blogs de enfermería en España. Al día siguiente algunos de vosotros recibisteis un DM que decía así: 


Y si hacemos  de las entradas de otros? 

Luego las cosas se me fueron liando y no pude concretar más, pero si que fue cundiendo la idea y el hashtag tiene "vidilla". Como seguía muy liado dejé un comentario en la entrada original amenazando con este mail.

Bien; se trata de "poner en valor" entradas de blogs y de que ese valor pase de lo efímero e instantáneo a algo con más persistencia temporal que pueda ser encontrado por quien busque bibliografía sobre un tema de enfermería. Entonces el hashtag se nos queda corto y necesitamos algo como un "banco" de entradas y ya de puestos a ello una manera de clasificarlas por palabras clave (con su tesauro correspondiente que NO hay que inventarse)... vamos, que dándole vueltas ¿porqué no crear una página de citas bibliográficas de entradas de blogs de enfermería?

El problema está, claro, no tanto en gestionar un espacio así (un google site podría bastar) como generar las citas concretas en formato reconocible por los buscadores. En fin, que la idea es pero que muy interesante, pero quedan demasiadas cosas 'serias' por definir para llegar a buen puerto... o es posible que alguien ya lo esté haciendo y yo, en mi ignorancia supina, no lo sepa?

Otra alternativa 'latente' sería una especie de menéame de entradas de blogs de enfermería en el que más allá de una 'seria' cita bibliográfica se pudiese aquilatar la difusión de una entrada concreta (etiquetada según su temática) mediante el conocido sistema de votación de dicha web.

Bueno; mientras todo esto cristaliza creo que continuar con el hashtag es una buena forma de dar a conocer entre la creciente población enfermera de la red esas entradas de "hace tiempo" que tienen mucho que aportar.

La soledad del momento del NO

Ya comenté alguna vez por ahí que un gerente que tuve* decía que a lo que más temía un administrador sanitario era a los que "empuñaban el boli" porque ellos son los verdaderos decisores del gasto. Sin entrar a desentrañar semejante media verdad y curándome en salud os recuerdo que si bien las playas están hechas de granos de arena, en nuestra playa alguna arena proviene de rocas que alguien decidió exponer al embate del mar. Y ello por no hablar de programas de publicidad de todo tipo o programas de "prevención de salud" que de eso ya trata la página del sistema epidemiológico de vigilancia de alertas de chorradas medicalizadoras.

Lo cierto es que todos los días y en casi todas las situaciones los profesionales sanitarios actúan con mayor o menor conciencia como decisores de gasto y lo innegable es que la llamada "sostenibilidad" del sistema sanitario tiene uno de sus focos de combate en estas microdecisiones señalando acusadoramente a los profesionales sin ofrecer el apoyo suficiente tanto normativo como institucional en los puntuales momentos en los que se les pide que digan que NO.

Ejemplos hay a miles pues, como expliqué, son decisiones que se toman a diario y en muy diversas circunstancias, pero con una característica común a mi modo de ver: La soledad.

Llega el momento de explicar las opciones que tiene el paciente, de dar recomendaciones, de indicar/prescribir... llega el momento de NO hacer el volante, la receta, el papel que sea y allí está el profesional con el paciente (con o sin acompañante) tratando de rodear la cuestión, buscando argumentos o quejándose de lo que 'no me dejan hacer', razonando, discutiendo (o no) afligiéndose con el usuario o indignándose por su insolidaridad, buscando alternativas, luchando...

Decir que NO para evitar no se sabe qué para no se sabe cuando en un momento en el que se puede decir que SI y evitar conflictos instantáneos... eso es lo que requiere de los profesionales responsables con su sistema.

Visualizar, en cifras, las consecuencias de las decisiones pasadas no ayuda mucho y obliga a un tedioso esfuerzo administrativo; proyectar al futuro las cifras de tal o cual decisión tomada sistemáticamente (por ejemplo poner ambulancia a todas las altas) puede resultar llamativo pero no ofrece argumentos para ese "momento de soledad".

No, no hago esta entrada para exponer ninguna genial idea que resuelva esta vieja cuestión, sólo que me he acordado de cómo de lejos están unos escritorios de otros... semánticamente tiene su aquel;  a uno le llaman despacho y a otro consulta.

Por cierto, que en este tema la enfermería se encuentre embarcada al mismo nivel de importancia (cualitativamente todas las negativas valen lo mismo) no deja de ser indicativo del "nivel de prescriptor" que tenemos aunque este no se encuentre reconocido (suficientemente) otra cosa es que much@s de los que reivindican la prescripción enfermera olvidan esta faceta de la responsabilidad.

*Una persona a la que no le gusta nada que se le recuerde lo que decía... de hecho me bloqueó en twitter porque le recordé que el también decía que "la estadística (usada sin rigor) es el arte de manipular los datos para que digan lo que quieres".

Pesimismo o optimismo respecto al checklist?


Acabo de twittear el primer avance de resultados (PDF) de la encuesta realizada por la agencia de seguridad del paciente británica dentro de su campaña "Patient Safety First" y no deja de alarmarme pensar que el "efecto sodoku" está más extendido de lo que creemos.

Aunque únicamente un 11% de los encuestados ha completado el formulario (una muestra de 98 individuos, un tercio anestesistas -Apenas 8 enfermer@s-) de estos el 83% (N=81) ha señalado el listado de comprobación como "un ejercicio de completar casillas y no como una herramienta de mejora de la comunicación".

Esto es un problema grave, muestra claramente lo que hemos venido comentando y es que la implantación 'a machete' (como demuestra el 72% de respuestas que indica que el checklist se hace en el 100% de los casos) no garantiza que ocurra un verdadero cambio cultural que sustente el uso inteligente de cualquier mejora en el ámbito de la seguridad.

Me llama poderosamente la atención que una cuarta parte de los encuestados manifieste que, además de los 3 tiempos de la lista de comprobación, se realizan reuniones de equipo pre y post intervención. Dado que se trata de datos "por individuos" y no "por centros" o "tipo de centro" no se puede deducir cuan extendida está esta práctica o si únicamente se aplica en cirugías más complejas.

Tendencias:

Si los resultados "cuantitativos" sustentan cierta preocupación; creo, a mi humilde entender que las respuestas a las cuestiones abiertas delinean un trasfondo de optimismo.

Se reconoce que la implicación de cirujanos y anestesistas con la realización de "la parada" está mejorando, se señalan oportunidades de mejora como la adaptación al entorno del paritorio, la realización de audits y grupos de focales de mejora; también realidades: Lo complejo de implementar su práctica en "los tiempos" quirúrgicos y, como no, peligros: Demasiada orientación a la cirugía general, Modelos específicos implantados sin adaptar a los centros, renuencia por parte de algún grupo de profesionales, planes de implantación mal realizados, tendencia a una rutina de realización incorrecta pasando de una mecánica de "coordinador pregunta- profesional responde" a una "autocumplimentación".

Creo que hay que seguir implicandose en confección de una herramienta que resulte útil, compartiendo tod@s un punto de vista común respecto a qué se quiere conseguir con su introducción, confeccionando guias claras de qué significa cada respuesta y porqué se introduce cada pregunta en el listado, realizando seminarios o talleres para aclarar dudas y 'captar' problemas... hay que seguir trabajando sin creer que 'soltar' un papel se suficiente.

Cargos y políticas

Propuese esta multientrada colectiva tras una mañana algo revuelta en twitter por un comunicado de un consejo de cotizantes que llamaba la atención sobre la ausencia de cargos "enfermeras" en los altos puestos de la administración de su comunidad. Como cada uno tenemos una visión del tema pues creo que es una buena herramienta de reflexión colectiva.

Dije en un tweet que no vale de nada una DG de cuidados (dirigida por una enfemera) si no hay políticas que entiendan que los procesos de salud ya no son "procesos médicos". Ese cambio de visión no implica únicamente dar un papel a la enfermería sino una forma de hacer sanidad centrandola en el paciente, otorgandole un peso en la toma de decisiones respecto a su salud y entendiendo donde está la mayor parte del gasto (y por ende la capacidad de ahorro) de un modo global, esto es, visión de 1 sistema (no 2: AP y AE) para 1 paciente (no cachitos de paciente).


Yo prefiero políticas que entiendan el potencial de mi profesión en la atención a ciertos procesos; su valor añadido científicamente demostrado y su capacidad de trabajo en equipo.

¿Que la profesión está escasamente representada a nivel político? Eso importará a los profesionales que tengan ese tipo de aspiraciones; yo prefiero que dentro de las administraciones existan foros de debate y canales de comunicación que permitan alzar la mano, pedir la palabra y decir "¿Y porqué eso no lo hace una enfermera en vez de estar rellenando recetas para otro?" (es un ejemplo, nada más).

¿Que esa falta de representación imposibilita la aplicación de esas politicas? hombre, las enfermeras somos importantes, pero la generación de ese cambio en la sanidad no depende únicamente de nosotras; sin los demás agentes y sin un cambio "filosofico" de a quien y como prestamos servicio no habrá reenfoque organizacional que valga.

Yo sé de una comunidad en la que ejerció de Vicepresidente uno que era enfermer@... sinceramente, creo que se notó muy poco.

He hecho este post via mail porque blogger tiene bloqueado el modo 'redactar' y no me deja cambiarlo a modo 'edición html' a ver si así puedo publicarlo.

El provincianismo en tiempos de grado

El pasado 13/6 recibí un sms desde "Enferm Leon" que decía:
La Univ. Leon y el Consejo CyL emprenderán acciones legales ante las acusaciones de la Universidad de Valladolid sobre curso Grado
Con un enlace a la noticia en ileon... que en su momento renuncié a comentar pero a la que ahora a la vista de la información que sobre el tema expone el colegio de Badajoz (reconocido no neutral en este y otros temas) quería hacer unas puntualizaciones.

Toda vez que en dicho medio ya no se pueden incluir comentarios aprovecho mi espacio personal para dejar constancia.
La legalidad de los temas las deciden querramos o no los tribunales...pero más allá de estas guerrillas provincianas entre universidades, colegios de cotizantes y consejo autonómico creo que hay otros temas de fondo más relevantes.
Las enfermeras ya somos mayorcitas para hacer cada una lo que consideremos oportuno con nuestro dinero si; pero no para someternos a engaños o cuasiengaños. Yo personalmente considero que no hay necesidad ninguna de "nivelarse" sino que hay necesidad perentoria de mantenerse actualizado.
Esto es lo que se publica en la página del colegio de Badajoz sobre este 'curso de nivelación':
"se reconocen asignaturas de contenido teórico, por experiencia profesional, que correspondería a un prácticum, cuando en la memoria tampoco está descrito que se reconocerán materias/asignaturas por experiencia profesional. Así se constata que la Comisión Docente del curso de adaptación al Grado de Enfermería de la Universidad de León, en sesión celebrada el 9 de Diciembre de 2010, acordó, en relación a la solicitud de reconocimiento de créditos, RECONOCER 18 créditos como EXPERIENCIA PROFESIONAL (cinco primeras materias indicadas anteriormente)···
Total···Que de esos 30 ECTS sólo se imparten 6 ECTS, dirigidos a lo que se vienen en llamar "prescripción enfermera"."
No encuentro fundamento a la necesidad de "graduarme" para mantener o avanzar profesionalmente, como no encuentro necesidad de "graduarme" para avanzar academicamente realizando cursos de postgrado (Master y Doctorado) creo que este juego de intereses le hace escaso favor a una profesión que debe luchar por un avance competencial verdadero.
Posiblemente exista más de una partida de ajedrez en este tablero de intereses; dentro de las universidades, entre las universidades, dentro de los consejos de cotizantes y entre los colegios provinciales de cotizantes ... con satélites en el resto de la industria formativa y cada uno podrá argumentar que hacer esta nivelación es conveniente o no o que el modo de hacerla es conveniente o no.
Como cada universidad podrá argumentar que exija o no un título específico para el acceso a los cursos de postgrado; otra cosa es cómo pretendan argumentar el rechazo al título de Diplomado en enfermería para dicho acceso así como el modo en el que argumenten su rechazo a convalidar créditos de títulos de máster anteriores... sabemos que hay crisis y que a las universidades les espera una durísima reestructuración por razones demográficas naturales y por razones económicas... poco más que explicar.

Me gustaría que se pudiesen rechazar los argumentos arriba expuestos pero como esto no lo lee ni el pupas pues me quedaré con la duda.

20 years ago... Nurse.

At 7 a.m. i waked up suddenly and i thought: "I'm a bit stupid". while the rest of my colleagues still sleeps i get dressed and took some cold coffee. In just 3 days we would all be graduates, and; none could tell me nothing. But this day is my first day as nurse.


In my last 6 weeks as a student i made practices in the hemodialysis unit and now i go to take care 3 patients on the morning round.
It was a recklessness? Even now recent graduates may be assigned to any position in a hospital...but it's not something you can fix today for tomorrow

20 years is nothing tells the tango, but in our proffesion many things have change in these years or i think so...How much will change the nursing in other 20 years? I don't know but i hope stay there to see it.

TIME OUT

En torno al día 22 de Junio los tweets del hastag #ptsafety se han concentrado alrededor de una noticia ofrecida por NPR (radio pública de EEUU) y fundamentada en un artículo publicado en archives of surgery glosado por la página de noticias de Kaiser.
El tema es que tras algún tiempo de aplicación del "protocolo universal" se siguen produciendo los llamados 'never events', en concreto el artículo en cuestión se centraba en las cirugías realizadas en localización errónea notificadas de modo voluntario (con el sesgo a la baja que esto puede suponer), el análisis de los factores que envolvieron la aparición del EA y sus consecuencias para  los pacientes.

El análisis que hace el artículo en cuestión y en el que los otros artículos hacen hincapié dice que en el 100% de estos EAs existió un error de comunicación y que en el 72% no se realizó el "Time out" durante la comprobación quirúrgica de seguridad.

LA CHORRADA QUE OFRECE RESULTADOS NO DEBE SERLO TANTO.

Durante los esfuerzos para poner en marcha la herramienta de seguridad quirúrgica llamada coloquialmente 'checklist' la controversia respecto a este segundo tiempo de la comprobación giraba en torno a su utilidad. Porque ¿donde se ha visto que con el paciente en la mesa ya anestesiado el cirujano tenga que decir qué tiene intención de hacer, en qué zona del cuerpo y quien? y, sobre todo, ¿dónde se ha visto que con "todo listo" se pare a comprobar esas cosas?.
La duda principal que asalta a las enfermeras en muchos equipos quirúrgicos a lo largo del mundo es: ¿de verdad van a esperar (los cirujanos) con las manos quietas a que se les hagan esas preguntas? y tan controvertido es el tema que, por ejemplo, en Madrid; que puede alardear de tener un sistema de seguridad del paciente 'desde arriba', se decidió no incluir el TIME OUT en su esquema de comprobación. Sinceramente creo que ese error se debe justamente a esa implantación 'desde arriba' con la que se perdió la oportunidad de explicar "en la arena" la utilidad de este... último repaso.

El artículo citado vincula comunicación y time out y no sin motivo pues, en realidad, y pese a su esquema de tono militar o industrial, este tiempo es una "herramienta de comunicación forzada". 

En primer lugar se han de desgranar los roles de los presentes en el equipo... si pudiese encontrar el vídeo de como un cirujano vascular se mete a operar en un quirófano equivocado (contíguo a suyo, pero erróneo) lo veríais;  de todos modos, ¿cuantas veces no hemos podido dilucidar quien es el cirujano principal y quienes los ayudantes hasta la hora de ver escrito el informe de la intervención? la gente que trabaje en hospitales con residentes me entenderá aún mejor.

Acto seguido, la persona llamada a liderar el equipo ha de anunciar de qué y a quien cree que va a intervenir; el subrayado no es banal, es en ese momento cuando cualquier no concordancia entre las comprobaciones previas, los documentos y lo que dice el cirujano deben hacer saltar las alarmas. Si se notificase como "incidente de seguridad" este tipo de hallazgos podríamos cuantificar la fortaleza de este paso; de momento hay que conformarse con las migajas de la sospecha que nos otorgan los datos de lo que ocurre cuando NO se hace.

El cirujano también ha de desgranar dos aspectos fundamentales de la intervención: El tiempo planeado y la pérdida sanguínea prevista... ambos ayudarán a tomar precauciones a los otros miembros del equipo si estas previsiones no coincidiesen con las suyas.

Pero no es lo que se hace en el TIME OUT lo que genera polémica cuando no rechazo sino el cómo se hace: La enfermera circulante se arma con el formulario y va realizando las preguntas al tiempo que el resto del equipo espera y escucha sin hacer NADA... bueno si que hace algo, pero como no ve el valor de lo que hace no lo aprecia, hasta que surge.

"Gracias" a la decisión del SERMAS debería ser posible con el tiempo apreciar si en nuestro entorno la realización o no del TIME OUT afecta a la tasa de algunos EAs pero mucho me temo que el sesgo de fuente de información va a servir de escudo ante un posible resultado en uno u otro sentido... 

Yo puedo decir que en mi experiencia puntual lo he visto y, aunque no fue el caso, he reconocido que un error de ese tipo sólo se podía haber detectado en ese momento.  

¿Pueden las enfermeras usar los medios sociales para compartir información y mantenerse actualizadas?

El foro de nursing times adelantó algo que los cuidando y servidor@ llevamos en la cabeza y que casi tod@s las enfermer@s de la blogosfera practicamos con denuedo: Compartir, difundir, conversar como razón de esta actividad.

Si en el #2CBS existió polémica respecto a una doble conversación, la profesional transparente y la profesional interesada en "posicionamiento de producto" pienso que ese debate afectó principalmente a los médicos y gestores pues es en ellos por igual (pese a lo que unos y otros se reprochen) en quienes pesan las mayores decisiones de gasto y las que más interesan a la industria.

En enfermería yo veo la cosa diferente; los blogs son una herramienta de debate y reivindicación (y auto reivindicación), pero creo que la cosa puede ir más allá y de hecho va.

Los blogs pueden ayudar a mejorar la comunicación, a difundir trabajos de investigación en proceso o sus resultados, a debatir sobre la aplicabilidad de los mismos en nuestro medio (por organización y tipo de población) a poner sobre la mesa argumentos éticos y, porqué no, económicos....

Y vosotr@s ¿usais los blogs para manteneros actualizad@s? ¿difundís información relevante en ellos?

Manifiesto del Foro de la Profesión Enfermera

Manifiesto del Foro de la Profesión Enfermera: Por el futuro de la enfermería española


Somos más de 40 millones en todo el mundo, unas 230.000 en España, lo cual nos convierte en el colectivo profesional titulado cuantitativamente más importante, del mundo y también de España. Pero, además de los aspectos cuantitativos, están los cualitativos: nosotras, las enfermeras y enfermeros asistenciales, somos el sistema nervioso central de los servicios sanitarios, ya que nos encargamos de mantener sus constantes y funciones vitales 24 horas al día, 365 días al año.


Somos el único colectivo profesional que está presente de manera significativa en todos los ámbitos donde se desarrollan los servicios y políticas de salud, desarrollando nuestra labor, tanto asistencial como docente, gestora e investigadora: no hablamos sólo de centros sanitarios y sociosanitarios, sino también de servicios sociales; centros educativos; empresas; hogares; cárceles; grupos de autoayuda; ONG; organismos de cooperación internacional; conflictos armados e intervenciones humanitarias internacionales…


Nuestra profesión es tan antigua como la propia humanidad, que siempre tuvo una gran dependencia de las cuidadoras y parteras. Desde entonces y durante siglos, nos hemos ido adaptando a los cambiantes contextos sociales hasta que hace siglo y medio comenzamos un largo y complicado camino de profesionalización al servicio de las necesidades sociales y sanitarias que siempre pensamos que conllevaría un merecido reconocimiento social que nunca ha existido en realidad.


Sí se ha reconocido nuestra entrega, nuestra compasión y empatía, nuestra disponibilidad permanente para realizar muchas de las tareas más abnegadas que se enmarcan en los cuidados enfermeros. Siempre se nos ha contemplado casi únicamente a través de esos componentes más “humanistas”, de los que por cierto estamos muy orgullosas, pero nunca se nos ha mirado como lo que realmente somos: una profesión cualificada, universitaria desde hace 35 años, cuyas disciplinas, competencias y prácticas se basan en el método científico y en el profesionalismo y no en la intuición, el voluntarismo y la tradición. Sin embargo, muchos ciudadanos y no pocos médicos y responsables sanitarios piensan que, en realidad, nuestras funciones las podría realizar cualquiera con mucha vocación, bastante capacidad de entrega, una cierta destreza manual y un poco de cultura sanitaria general, debido a la predominancia de un sistema de salud médico-centrista.


En buena medida ha sido culpa de la propia profesión enfermera. Al fuerte empujón que supusieron los años ochenta para nosotras, para nuestro desarrollo e identidad profesionales, le han seguido 20 años de ostracismo, de silencio, de invisibilidad absoluta. Incluso cuando, en los últimos cinco o seis años, han tenido lugar algunos modestos pero innegables avances legislativos (grado y especialidades), la interpretación más generalizada es que se ha tratado de concesiones poco comprometedoras a la enfermería y no de desarrollos encaminados a facilitar a las enfermeras un mejor desarrollo de sus nuevas competencias y funciones. Y, lamentablemente, no les falta parte de razón porque habiendo nuevos desarrollos normativos no hay en realidad nuevas competencias ni funciones que se hayan globalizado para el conjunto de la profesión.


¿Cómo es posible que desde hace casi 15 años estemos formando a enfermeras especialistas en salud mental sin que 15 de los 17 servicios de salud hayan creado las correspondientes plazas de enfermera especialista en salud mental, abocando a la frustración a cientos de profesionales que han dedicado dos años adicionales a formarse como enfermeras especialistas? ¿Cómo es posible que hoy en día la mayoría de las comunidades autónomas convoquen plazas de Formación Sanitaria Especializada para las otras especialidades enfermeras desarrolladas, pero no creen los correspondientes puestos de trabajo de enfermera especialista? ¿Cómo es posible que no sepamos a estas alturas cuál será el campo para las enfermeras de cuidados generales, tras la implantación final de todas las especialidades? ¿Cómo se explica el paso atrás que representó el anodino marco legal estatal de la “prescripción enfermera” con respecto al decreto andaluz? ¿A qué se debe la infrarrepresentación de la enfermería en las estructuras política y técnicas de tomas de decisiones sanitarias?


Básicamente, todo ello se explica por el servilismo de nuestra representación corporativa, no sabemos si más desinteresada o incapaz a la hora de defender a la profesión a la que dicen representar. Y por la dejación inexcusable de los servicios de salud y muy en especial del Ministerio de Sanidad: el hecho de que tenga como interlocutor a una representación colegial absolutamente servil y sumisa no es excusa para que dejemos de denunciar su falta de compromiso con nuestro desarrollo profesional. Una falta de compromiso, por cierto, que juega en nuestra contra, pero más aún en contra de las necesidades y carencias del Sistema Nacional de Salud.


El desarrollo académico y profesional al que ahora accedemos: Grado, Máster, Doctorado y Especialidades, sugiere necesariamente que la enfermería titulada tiene que mejorar sus desarrollos competenciales, sus capacidades funcionales, sus ámbitos de ejercicio profesional autónomo y su afianzamiento en la toma de decisiones en ámbitos compartidos con otros profesionales. De otra manera, no tendría sentido el coste que dicha ampliación supondrá, no sólo para los propios estudiantes en dinero y tiempo, sino, sobre todo, para el contribuyente que la financia en buena medida, máxime en un contexto de crisis del gasto público.


Sin embargo, el desarrollo de la enfermería española, aunque ha sido muy exigente, también ha sido desigual: mientras que en algunos servicios de salud la enfermería aún tendrá que crecer “horizontalmente” hasta alinearse con los más más avanzados, en aquéllos con estrategias de desarrollo en cuidados enfermeros con mejor visión de futuro ya no parece posible crecer horizontalmente, desarrollando nuevas competencias y funciones propiamente enfermeras, lo que significa que sólo es posible crecer “verticalmente”, asumiendo dentro de un nuevo marco competencial funciones y tareas que tradicionalmente han venido desempeñando otras profesiones. Eso sí, siempre desde una visión profesional específicamente enfermera, lo cual aportará sin duda valor añadido a los procesos asistenciales en los que se encuadren.


Ello significa que antes o después, por mucho que las autoridades sanitarias se hagan los ciegos y los sordos, los mapas competenciales tradicionales van a tener que ser revisados y también, por tanto, las aportaciones de todas y cada una de las profesiones que estamos implicadas en el desarrollo de los servicios públicos de salud. Ni los desequilibrios en los mapas competenciales autonómicos y en sus dotaciones de recursos humanos, ni la masificación de los servicios de atención primaria, ni los problemas de sostenibilidad financiera, ni las serias amenazas de quiebra del profesionalismo como eje vertebrador de las conductas profesionales, por exponer sólo algunos de los graves problemas de nuestro Sistema Nacional de Salud, podrán ser resueltos si no se repiensa por completo el sistema y muy especialmente, como hemos dicho antes, en el ámbito de las aportaciones de las diversas profesiones sanitarias, muy relevantemente la medicina y la enfermería.


Todos estos procesos suponen al tiempo amenazas y oportunidades para nuestra profesión; en ellos se juega su futuro, su apuesta por convertirse en una profesión capaz de trabajar de igual a igual con el resto de los profesionales. Y todo ello depende básicamente de dos cosas: de un liderazgo visionario, capaz de estudiar y analizar el presente para intentar ganar el futuro, y de unas bases profesionales cohesionadas, con la suficiente autoestima y seguridad como para ser capaces de estar muy presentes durante los procesos de cambio que se abran y, en general, en todos los procesos de toma de decisiones en materia de política sanitaria.


Por eso, quienes firmamos este manifiesto no nos sentimos representados en absoluto por quienes dicen representar a toda una profesión, presentándose como su salvaguarda ética y deontológica; es más, pensamos que a día de hoy constituyen el peor de los problemas, y eso que son muchos, que aquejan a nuestra querida profesión, especialmente por su falta absoluta de liderazgo en torno a directrices académicas, profesionales y legales consensuadas por la profesión, predominando, por el contrario, una política de sumisión al poder político. Hemos, por tanto, puesto en marcha un movimiento que persigue prioritariamente una profunda regeneración moral de nuestras instituciones corporativas y un recambio generacional e intelectual que permita cambiar unas élites profesionales que carecen por completo de las capacidades morales e intelectuales necesarias para reconocer, proponer y liderar los nuevos escenarios de futuro para nuestra profesión y para ser capaz de negociar un nuevo pacto social, político y moral con la sociedad, los reguladores políticos y las otras profesiones sanitarias.


Acabamos este manifiesto con cuatro mensajes muy claros:


El primero es para el poder político y las administraciones sanitarias: La enfermería constituye hoy en día el principal activo de unos sistemas públicos de salud sostenibles y de calidad guiados por un nuevo profesionalismo ético que la enfermería representa hoy en día como ninguna otra profesión. Si quieren garantizar el futuro de los servicios públicos de salud sólo pueden hacerlo de la mano de más de 200.000 enfermeras motivadas y que sienten que se reconoce de manera efectiva su excepcional aportación a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.


El segundo es para la profesión médica: Este manifiesto no representa una amenaza más que para las actitudes y conductas más arcaicas y apolilladas dentro de su profesión. La enfermería del siglo XXI va a trabajar mano a mano con la medicina en una posición, ni dependiente ni independiente, sino interdependiente. Somos dos profesiones tituladas facultativas; las enfermeras tenemos que atender todas las necesidades básicas de nuestros pacientes, entre ellas las derivadas de los tratamientos médicos, concretadas, como no podría ser de otra manera, por los médicos. Pero ello no significa que la enfermería sea básicamente un recurso médico más que se limita a garantizar la continuidad de los cuidados. La enfermería es una disciplina científica, como la medicina, coincidentes ambas en unos mismos entornos asistenciales, pero con unos ámbitos de aplicación especializados que sólo pueden ser llevados a cabo por personal de enfermería cualificado a través de un método científico y el juicio clínico, desarrollado todo ello a través de un proceso: el Proceso Enfermero.


El tercero es para el resto de los agentes profesionales enfermeros, es decir, los colegios provinciales no alineados, los sindicatos de enfermería, las sociedades y asociaciones científicas, la blogosfera sanitaria, etc: Ha llegado el momento de decidir entre cambio y continuidad, entre pasado y futuro, sin que sea posible ampararse en una supuesta neutralidad sindical o científica. La situación de nuestra profesión no es buena, pero puede llegar a ser mucho peor y por eso ahora ya toca ir más allá de declaraciones retóricas y dar un paso al frente en defensa de nuestros valores profesionales. A aquel lado o a éste, ya no hay puntos neutrales, las élites enfermeras tendrán que definirse definitivamente frente a las bases profesionales y decidir si quieren formar parte del viejo orden o de los nuevos escenarios.


Y el cuarto y más importante, como no podía ser menos, es para la sociedad y para nuestros pacientes: Las enfermeras queremos que toméis conciencia de que somos profesionales titulados y competentes que queremos y sabemos hacer compatibles la ciencia y la humanidad, nuestros conocimientos con nuestra dedicación. No nos basta con que reconozcáis nuestra entrega y vocación de ayuda, necesitamos el reconocimiento social que creemos merecer como una profesión moderna y capacitada, para acabar con esta ingrata invisibilidad social en la que siempre nos hemos tenido que mover. Cualquier profesión necesita que se le reconozcan sus aportaciones, porque esta y no otra es la verdadera base de la motivación y sólo una enfermería verdaderamente motivada puede garantizar el mejor nivel de calidad y calidez de los cuidados enfermeros.


Quienes nos adherimos a este manifiesto lo hacemos con orgullo de pertenecer a nuestra profesión y con seguridad y confianza en que estas ideas y propuestas pueden ser compartidas por la inmensa mayor parte de nuestras compañeras y compañeros. Sabemos que el tiempo de las quejas en voz baja ha pasado y que ya es el momento de una verdadera movilización surgida desde nosotras mismas, la enfermería asistencial, y no desde unas u otras élites o intereses.

Información de costes y el coste de la información

Al final del 2º o 3º pilotaje que realizo de uno de mis eternos proyectos "paralizados" me encuentro con que una pequeña muestra no me orienta para la validación de las preguntas (un proceso sobre el que aún no acabo de empezar a aprender) pero sí en cómo completar la encuesta para englobar aspectos que vislumbro sobre el tema...

Estas imágenes reflejan el resultado de la encuesta:

1º la demografía:



 Ahora los resultados:










Conclusiones: El personal de enfermería no recibe de forma periódica información agregada ni detallada del coste del material fungible que utiliza, dicha información puede ser accesible de un modo "normal" por medio del superior inmediato de una manera informal.

Líneas pendientes de abordar:
*Opinión de los profesionales sobre la centralización de las compras tanto por su efecto en los costes (y la información sobre los mismos a los profesionales) como sobre la calidad de los mismos o la adecuación de los consumibles a las necesidades y prácticas de los centros.
*Variaciones en la opinión según la categoría profesional; en concreto si es cierto que la capacidad de decisión de gasto va pareja a una "política de avestruz" que tiende a ignorar el coste concreto que cada decisión acarrea y si esto se correlaciona con la reivindicación de más capacidad de decisión clínica (o gestión clínica) y de autonomía en la decisión de compra.

Otra cosa pendiente de determinar es como conseguir difundir la encuesta los suficiente de modo que consiga una muestra representativa de los profesionales sanitarios tanto por vía internet (encuesta en google) como en formato impreso (mediante una red de contactos en algunos centros. Porque lo cierto es que si la difusión de este estudio piloto se correlacionase con mi "Klout" por ejemplo debería haber obtenido más participación, y sin embargo... cosas de las redes.