Hoy os traigo la traducción de la editorial publicada por
Jack Needleman en BMJ Quality & Safety titulada "Nursing skill mix and patients outcomes" por varios motivos.
El primero es por el repaso que realiza al más reciente estudio del grupo de la Dra. Aiken sobre los equipos de enfermería en 6 paises europeos y su reprecusión en los resultados EN los pacientes.
El segundo es porque señala los déficits de este estudio lo que sin duda nos permitirá mejorarlos.
El tercero es porque el texto es breve pero desgrana en párrafos brillantes parte del problema de la invisibilidad de las formas más complejas de los cuidados.
En esta ocasión me he permitido varias licencias a la hora de hacer la traducción; la principal es que he traducido "
Skill mix" no como "mix de habilidades" sino como "
compuesto de habilidades" porque espero que con el tiempo se pueda llegar a una especie de 'indicador sintético' que caracterice la composición de una plantilla de cuidados; dicho indicador aglutinaría no sólo a técnicos y enfermeras sino que incluiria la labor de la práctica avanzada y las aportaciones de las enfermeras especialistas.
Tampoco respeto parte de la terminología empleada para designar las categorías profesionales en la editorial para tratar de adaptala a la que conocen los lectores españoles.
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EL COMPUESTO DE HABILIDADES ENFERMERAS Y LOS RESULTADOS EN LOS PACIENTES
Jack Needleman
En los hospitales las plantillas de enfermería suponen por lo general el mayor elemento a nivel de gasto y es frecuente que la enfermería sea tratada como un coste en vez de como una línea central del servicio. Los esfuerzos por contener los costes hospitalarios a menudo implican recortar cuidados de enfermería, reducir el número de enfermeras o sustituir a las enfermeras graduadas por personal auxiliar o no profesional.
La evidencia sustancial de estudios en EEUU, Europa y otros países del mundo relaciona la disminución de plantillas y las mayores cargas de trabajo de enfermería con resultados adversos para los pacientes como mortalidad, infecciones, caídas y estancias prolongadas. La prolongación de estancias que incrementan los costes del hospital pueden dar lugar a eventos adversos prolongando ingresos o retrasos en los cuidados debido a que son incapaces de realizar su trabajo o de preparar al paciente para el alta.
(1-13)
Las consecuencias de confiar en personal con peor nivel educativo que las enfermeras graduadas universitarias empleando un compuesto de habilidades (skill mix) menor siguen sin estar bien estudiadas. Los estudios de EEUU y Canadá enfocados por lo general en el mix de enfermeras graduadas (registered nurses) y personal auxiliar (licensed práctical nurses) han demostrado de forma consistente que un compuesto de habilidades menor está asociado con mayores ratios de resultados adversos y estancias prolongadas.
(7) (14-17).
El equipo de la Dra. Aiken
(18) estudió la asociación entre el compuesto de habilidades con mortalidad, satisfacción de los pacientes con el hospital, frecuencia de notificación por las enfermeras de resultados adversos para los pacientes y falta de satisfacción laboral y burnout de las enfermeras usando datos de hospitales de 6 países europeos. Encontraron una variación sustancial entre unidades medico-quirúrgicas en las proporciones de profesionales de enfermería en atención directa (que incluía enfermeras graduadas, auxiliares, asistentes y otras categorías laborales que varían entre los 6 países del estudio) y que estas variaciones en el compuesto de habilidades se asociaba con la mortalidad de los pacientes, su percepción sobre los cuidados y el juicio de las enfermeras sobre la calidad y la frecuencia de los resultados adversos.
Una fortaleza de ese estudio es la variedad de medidas y fuentes de datos utilizadas. Incluye la mortalidad a 30 días de los pacientes ingresados según datos de cmbd, la calificación de los hospitales según las encuestas a usuarios y tres conjuntos de medidas derivadas de encuestas a enfermeras: la percepción de la calidad de las unidades y hospitales, la estimación de frecuencia de eventos adversos y la satisfacción laboral.
Los autores encontraron que tanto pacientes como enfermeras informaron problemas de calidad de forma significativa. Más de la mitad de los pacientes encuestados calificaron los hospitales por debajo de excelente. El promedio de enfermeras que calificaron la calidad de su unidad como normal o pobre fue del 22%, y un 18% no recomendaría su hospital a familiares o amigos. Las enfermeras que valoran que se producen eventos adversos varias veces al mes o con más frecuencia variaba del 9% para úlceras por presión al 23% para infección del tracto urinario. Las tasas de burnout e insatisfacción laboral fueron altas.
En un análisis segmentado por país y por un conjunto de características relevantes de los pacientes y hospitales, un compuesto de habilidades más rico se asoció con menores probabilidades en sus propios datos de riesgo de muerte, baja valoración del hospital por los pacientes y grados bajos de seguridad entre otros resultados no deseables. El OddsRatio para los cambios en estas medidas asociados con la mejora del compuesto de habilidades un 10% osciló entre 0.80 y 0.93. Debido a que muchas de las medidas utilizadas por los autores provienen de la encuesta realizadas a las enfermeras, se podría argumentar que es de esperar que la respuestas a la encuesta se correlacionaran con su actitud general respecto a la calidad del cuidado influyendo en sus respuestas individuales. Sin embargo, la similitud en los resultados de los análisis de las medidas derivadas de las enfermeras, la calificación de la calidad por parte de los pacientes y la mortalidad confiere fortaleza a la conclusión de que existe una asociación consistente entre el compuesto de habilidades y la calidad del cuidado.
Los autores señalan importantes limitaciones en los datos y los métodos. A estas, podría añadir que confiar en las enfermeras encuestadas para establecer el censo global y el ratio de enfermeras graduadas respecto a otros profesionales de la plantilla es impreciso. Se optó porque las enfermeras graduadas informaran sobre la plantilla y el censo de pacientes debido a las limitaciones de los datos oficiales para estimar las plantillas.
(19). Se trata de una extensión del método empleado en los estudios desarrollados en EEUU, en los que se le había preguntado a las enfermeras por la carga de trabajo de su último turno.
(1). Pero confiar en que las enfermeras encuestadas fueran conscientes e informaran su propia carga de trabajo, el censo total de la unidad y que contaran a las enfermeras graduadas y al resto de la plantilla tenía una imprecisión inherente. El censo de pacientes en un turno puede cambiar con los ingresos, las altas y los traslados a otras unidades y las enfermeras acuden o marchan de las unidades en respuesta a las necesidades de plantilla en cualquier lugar del hospital. Más allá de esto, el dato se basa en que la enfermera encuestada esté informada no sólo sobre su carga de trabajo sino también sobre el total del personal presente y del censo de la unidad. No se describen métodos para asegurar la fiabilidad de las cantidades informadas de modo que no se relacionasen directamente con la carga de trabajo. Estaría justificada una evaluación de la precisión de esta medida.
Una limitación que las autoras señalan pero que quiero enfatizar es la variedad entre países en la formación y cualificación de la plantilla de la las unidades que presta cuidados directos además de las enfermeras graduadas. El rango de educación y entrenamiento entre el personal de enfermería no universitario miembros de las plantillas está menos estandarizado que el de las enfermeras graduadas. Los autores buscaron controlar esa variación con la inclusión de un estadístico de efectos fijos a nivel de país, pero esto también afectará a variaciones no apreciadas en la atención hospitalaria además de la cualificación de la plantilla que no sea enfermera universitaria. El análisis estratificado por país aunque podría sufrir por baja potencia para algunos países puede proporcionar información sobre si la relación entre el compuesto de habilidades y los resultados es consistente entre países o si las diferencias en la cualificación de las plantillas y su entrenamiento u organización del trabajo entre países resulta en diferentes magnitudes para la asociación entre el compuesto de habilidades y los resultados.
A pesar de estas limitaciones, este es un estudio sólido. Añade una importante perspectiva transnacional a los estudios de EEUU sobre el compuesto de habilidades. Confirma los principales hallazgos de los trabajos previos sobre que las plantillas basadas en enfermeras no universitarias para la realización de una importante parte del trabajo de atención directa puede poner en riesgo a los pacientes respecto a un amplio rango de resultados adversos. Extiende el trabajo previo en su hallazgo de la limitación de los registros de cuidados a los pacientes y su influencia en la calificación de los hospitales.
Con la sustitución de las enfermeras graduadas por personal menos formado la intención de los hospitales, las aseguradoras y los gestores políticos es reducir costes laborales. Como observan Aiken y cols. Las plantillas de enfermería en los hospitales son frecuentemente el objetivo de las reducciones presupuestarias, y los gestores políticos sugieren la introducción de sustitutos menos formados y con menores habilidades como "asociados" (nursing associates).
Los costes sociales de estas decisiones pueden ser altos, como el exceso de mortalidad demostraría, pero estos costes no son pagados por el hospital. Lo que si paga el hospital tanto dependa de un presupuesto general como de facturar por ingreso son los costes asociados con estancias más largas, las complicaciones y los cuidados paliativos asociados con el incremento de mortalidad , los costes de eventos adversos como las úlceras por presión, las caídas con daño y las infecciones urinarias asociadas en este estudio con un bajo compuesto de habilidades (también asociados en otros estudios), y el coste para el hospital de las bajas laborales de las enfermeras debido al burnout y la insatisfacción laboral. Una cuestión crítica para los gestores hospitalarios es si el coste de los eventos adversos y las bajas excede al ahorro de costes laborales conseguido empleando plantillas menos preparadas o con un menor compuesto de habilidades.
Esta pregunta no puede ser respondida directamente por este estudio. El cambio en el número o en el ratio de los eventos adversos (excepto la mortalidad) no puede ser estimado debido a que se basa en la valoración de las enfermeras en vez de en medidas directas de la frecuencia de los eventos adversos y la dicotomización de estas medidas. Sin estas cifras, los ahorros asociados a la reducción de eventos adversos no pueden ser calculados.
El análisis de casos de negocio del coste adicional de tener enfermeras mejor preparadas y los ahorros derivados de estancias más cortas y menores tasas de eventos adversos se ha realizado en base a los estudios de EEUU. En un artículo publicado en 2006 en Health affairs usamos una aproximación de microsimulación para emular el efecto de cambiar el compuesto de habilidades sobre los cambios en las estancias y los ratios de fallo de rescate y otros 4 eventos adversos
(20). Se estimó el coste de mejorar el compuesto de habilidades de las enfermeras y los ahorros de costes por estancias más cortas y reducción de EAs. Un estudio publicado en Medical care en 2014 realizó una regresión directa de los costes por ingreso sobre un robusto ajuste del riesgo del paciente, la plantilla del hospital y su compuesto de habilidades
(21). Ambos estudios encontraron que un compuesto de habilidades con una mayor proporción de enfermeras graduadas resultaban rentables para los hospitales gracias a los ahorros debidos a los menores eventos adversos y las estancias más cortas. El artículo de Health affairs también encontró que la duración de la estancia es más sensible a los niveles de plantilla que al compuesto de habilidades, puede que fruto de los retrasos en la atención debidos a la falta de personal. Por contra, los eventos adversos como infecciones del tracto urinario y la neumonía hospitalaria muestran una mayor sensibilidad al compuesto de habilidades, reflejando posiblemente el papel de la formación y el entrenamiento en la detección y prevención de las complicaciones en los pacientes hospitalizados.
Los resultados del equipo de la Dra. Aiken sugieren de forma contundente que las conclusiones de los estudios en EEUU son aplicables a los hospitales europeos (a mayor compuesto de habilidades menores costes hospitalarios). Entonces ¿porqué persiste el interés en sustituir enfermeras graduadas por personal con menos habilidades?.
El sistema de pago es un factor en algunos países. En aquellos en los que los hospitales cobran en base a facturación por costes diarios la prolongación de estancias debida a cuidados retrasados o EAs incrementan los ingresos. Con esos sistemas de pago hay un incentivo para minimizar los costes de prestación del servicio no los costes de cuidados evitables u omitidos. Pero el pago por caso o por presupuesto debería estimular la toma en consideración de los costes totales de atención, incluida la compensación de los costes asociados a un mayor gasto en plantillas mejor preparadas.
Otra razón para que persista el interés en introducir profesionales menos formados es que no se comprende el trabajo de las enfermeras. La mayor parte del trabajo de las enfermeras graduadas está orientado a tareas (prestar la atención indicada, tomar las constantes vitales, ayudar al paciente a comer, caminar, ir al baño y así sucesivamente) como resultado parecerá plausible a los gestores, financiadores y políticos que personal menos entrenado y por ende menos costoso puede sustituir a las enfermeras graduadas en ese trabajo. Si bien esas tareas a pie de cama constituyen parte importante del trabajo de las enfermeras representan una visión incompleta del mismo.
La enfermería es un trabajo complejo y exigente desde el punto de vista cognitivo y de gestión. Mientras realizan esas tareas visibles, las enfermeras graduadas están monitorizando y evaluando a sus pacientes, determinando si tienen riesgo de caída, úlcera por presión u otras complicaciones y si están evolucionando como es de esperar o presentan complicaciones. Basadas en estas evaluaciones es de esperar que las enfermeras graduadas inicien las intervenciones enfermeras apropiadas o llamen para informar y consultar. La enfermeras graduadas vigilan el dolor y emprenden acciones para su control. Proporcionan educación al paciente y su familia preparándolos para el autocuidado tras el alta y proporcionándoles apoyo psicológico a aquellos que padecen enfermedades graves. Las enfermeras graduadas juegan un papel crítico en el equipo de atención, respaldando a médicos y farmacéuticos al asegurar que los tratamientos y otras indicaciones están bien prescritas y administradas sirviendo a menudo como coordinadores principales de la atención y como abogados de sus pacientes. Y estas actividades son desarrolladas para cada paciente por enfermeras que están al cargo de cuatro, cinco, seis o más pacientes al mismo tiempo, una situación que impone importantes requerimientos de gestión en priorización a pie de cama.
(22).
Una visión completa del trabajo de las enfermeras graduadas ha sido el tema de numerosos artículos
(23-25) pero no es completamente apreciado por quienes están fuera de la profesión. Las actividades más complejas, las cognitivas y las de gestión realizadas por las enfermeras a menudo pasan desapercibidas por ser realizadas simultáneamente con la parte del trabajo orientado a tareas y no son apreciadas. Estudios sobre la asociación del compuesto de habilidades como el del equipo de la Dra. Aiken y estudios anteriores sobre el tema o sobre cargas de trabajo y resultados en los pacientes proporcionan evidencias importantes de que cuando las plantillas de enfermería no tiene tiempo o capacitación para realizar su trabajo; los cuidados y la seguridad del paciente están en riesgo. Que la opinión pública, los financiadores, los políticos y los gestores sanitarios reconozcan este hecho y actúen en base al mismo es crítico para asegurar la prestación segura y fiable de la asistencia sanitaria.
REFERENCIAS
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21 Martsolf GR, Auerbach D, Benevent R, et al. Examining the value of inpatient nurse staffing: an assessment of quality and patient care costs. Med Care 2014;52:982–8.
22 Ebright PR, Patterson ES, Chalko BA, et al. Understanding the complexity of registered nurse work in acute care settings. J Nurs Adm 2003;33:630–8.
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24 Kitson AL, Muntlin Athlin A, Conroy T. Anything but basic: nursing’s challenge in meeting patients’ fundamental care needs. J Nurs Scholarsh 2014;46:331–9.
25 Needleman J. The economic case for fundamental nursing care. Nurs Leadersh (Tor Ont) 2016;29:26–36.
Postdata: El título de la entrada es un recuerdo a aquellas cintas de música "Max-mix" con la nos torturaban en los veranos hace décadas...